| Telemadrid
(Actualizado

La meteórica escalada de cinco puntos del PSOE en el último barómetro del CIS se hace a costa de Podemos y sus confluencias, que, no obstante, contrarrestan el golpe picando de otras fuerzas políticas, mientras que ERC se come directamente una quinta parte del electorado del PDeCAT.

La "letra pequeña" del último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) deja algunas cifras curiosas como las mencionadas y también otras, como que el PNV es el partido con mayor fidelidad de voto: hasta el 91,7 % de los que les eligieron en 2016 repetiría si hoy se convocasen elecciones.

Otra dato llamativo es que, antes de la "cocina" del CIS, el PSOE se coloca por delante del PP, tanto si se mira la respuesta espontánea de a quién votarían (el 19,1 % dice que al partido de Pedro Sánchez y el 17,1 % al de Mariano Rajoy), como si se suma voto y simpatía (22,2 % frente a 18,7 %).

Pasados por el tamiz de los sociólogos, que tienen en cuenta otros parámetros, el PP se mantiene como primera fuerza con una estimación de voto del 28,8 % (tres puntos menos que en el anterior sondeo), mientras que el PSOE se consolida como segunda fuerza, con un 24,9 %, 5 puntos más que en abril y a sólo 4 del PP.

A simple vista, podría parecer que ha habido un trasvase de papeletas del PP al PSOE, pero el desglose del barómetro demuestra que esto no es así.

Mirando la respuesta que suma voto y simpatía por un partido, sólo un 2,3 % de los que escogerían ahora a los socialistas admite haberse decantado por el PP el 26J, porcentaje que se reduce al 1,4 % si sólo se tiene en cuenta la respuesta espontánea, sin la simpatía.

Lo cierto es que los tres puntos de pérdida de apoyo del PP se irían, en buena medida, a la abstención y a Ciudadanos, porque hay un 7,4 por ciento de hipotéticos electores del partido de Albert Rivera que el verano pasado votaron a Rajoy (6,4 % en la respuesta espontánea).

Y es que los cinco puntos de subida del PSOE tienen nombres y apellidos: hay un 14 por ciento de los que dicen que votarían ahora a los socialistas que en los últimos comicios generales metieron en la urna la papeleta de Compromís, Podemos y EU en la Comunidad Valenciana; un 12,5 % que votó a En Marea en Galicia, y otro 10 % que hizo lo propio con En Comú en Cataluña.

Los porcentajes bajan ligeramente si sólo se tiene en cuenta la respuesta espontánea y quedarían en el 10 %, 8,3 % y 8,3 %, respectivamente.

Eso sólo con las llamadas confluencias, porque hay otro 6,7 por ciento que hace un año escogió la papeleta de Podemos que, a la vista de sus respuestas, no repetiría esa opción. Esa cifra es igual tanto en la respuesta espontánea como sumando la simpatía.

Con todo, el partido de Pablo Iglesias y sus confluencias compensan esa huida de votos mordiendo un poco de otros partidos, hasta el punto de que el CIS dice que repunta seis décimas respecto a su anterior barómetro, hasta el 20,3 por ciento, una vez pasado por la "cocina".

Un desquite que se produce a costa de los desilusionados con el PSOE (2,7 %) y con Ciudadanos (1 %), pero, sobre todo, con ERC: el 3,1 % de los que depositaron el verano pasado en las urnas la papeleta de los republicanos catalanes ahora prefiere a En Comú Podem.

Para desquite, sin embargo, el de ERC, que a menos de dos meses de la fecha anunciada para el referéndum independentista del 1 de octubre se "merienda" una quinta parte del electorado que en las generales de junio del 2016 votó al PDeCAT.

De hecho, el PDeCAT es el partido con representación parlamentaria que menos fidelidad tiene entre sus votantes, ya que sólo el 60 por ciento de los que eligieron esta opción hace poco más de trece meses volvería a escoger ahora la misma papeleta.

Incluso la cosa es peor si se le resta la simpatía, porque entonces se queda sólo con el 50 %. Otro 30 % de antiguos "convergentes" confiesa que no irá a votar.

Frente a ese dato, el del PNV, que tiene la mayor fidelidad entre sus electores, del 91,7 por ciento, por delante de ERC (85,9 %) y PSOE (84,1 %).