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Música clásica, campanas, más de 500 sacerdotes y gritos de viva el Papa
- La misa oficiada por Benedicto XVI se expresó en gallego en la introducción y al final de su discurso
La música ha tenido especial relevancia en la misa que el Papa, junto con más de 500 curas, ha concelebrado hoy en la plaza del Obradoiro de Santiago, en la que se interpretaron, entre otras, piezas de Mozart, uno de los creadores favoritos del Pontífice, que fue recibido en el Obradoiro con vivas y con el tañido de campanas.
"Se nota, se siente, el Papa está presente", "Esta es la juventud del Papa" o "Viva el Papa, oé, oé, oé", gritaron antes de que Benedicto XVI entrase en el Obradoiro los asistentes a la celebración, para la que se colocaron un total de 7.000 sillas, seis mil de ellas destinadas a los fieles que llegaron primero y el resto, a invitados.
Otra ovación previa a la misa fue la que recibieron los Príncipes de Asturias, que asistieron a la liturgia en el altar, al salir del Hostal de los Reyes Católicos.
"Benedicto, Benedicto" o "Viva el Papa", corearon los fieles al salir el papamóvil del Palacio Arzobispal y adentrarse en la plaza, donde el Pontífice saludó a los presentes, muchos de los cuales le hicieron fotos con sus móviles, y a quienes al comenzar la ceremonia se pidió que no se interrumpiera con aplausos, pese a lo cual Joseph Ratzinguer recibió una ovación cuando terminó su homilía.
Asistieron al acto religioso, entre otras autoridades, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo; el ministro de Fomento, José Blanco; el embajador de España ante la Santa Sede, Francisco Vázquez; el alcalde de Santiago, Xosé Antonio Sánchez Bugallo, y el presidente del PP, Mariano Rajoy, y la secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal.
A la celebración, de unas dos horas de duración, acudieron entre 500 y 600 sacerdotes; cerca de un centenar de obispos, entre ellos el anfitrión, Julián Barrio; once cardenales, y se prepararon para impartir 7.000 formas que repartieron 150 curas por toda la plaza a través de pasillos habilitados por la organización, que portaban paraguas rojos para ser identificados por los fieles.
Según fuentes del Arzobispado compostelano, el Pontífice empleó en la misa el cáliz del arzobispo Múrquiez, de oro y diamantes, de 1818, y un copón de oro, perlas, piedras preciosas y esmaltes de 1698, ambos pertenecientes al Tesoro de la catedral.
Además, en la misa fueron empleados cien copones elaborados por tradicionales alfareros de Buño (A Coruña), en barro vitrificado.
La misa oficiada por Benedicto XVI, que se expresó en gallego en la introducción y al final de su discurso, tuvo como escenario un altar creado por el arquitecto gallego Iago Seara, en la esquina noroeste de la plaza del Obradoiro, pegada al edificio del Ayuntamiento, ante el pazo de Fonseca y frente al Hostal de los Reyes Católicos.
Otro gallego, el escultor Manolo Paz, fue el encargado de elaborar una gran cruz con dos tablas de granito negro que pesa dos toneladas, mientras en el altar figuró una virgen del Carmen del tercer cuarto del siglo XIX.
En el escenario también se leía "Peregrino de la fe", el lema del viaje del Papa a Santiago este año Xacobeo, en que han peregrinado, hasta octubre, un total de 257.986 personas, cuando en el anterior año jubilar de 2004 fueron 179.000.
En la liturgia tuvo especial relevancia la música, de la que se encargó el director compostelano Maximino Zumalave, que formó parte de la escolanía de la catedral. Este coro, el catedralicio y la Real Filharmonía de Galicia interpretaron obras de Haendel, Mozart y Bach, y se estrenó la pieza "Peregriño de fe", de José Durán.
Además, al final de la misa, los cadetes de la Escuela Naval de Marín interpretaron la Salve Marinera.
Junto a las siete mil personas que presenciaron la misa, los organizadores, entre ellos mil voluntarios, instalaron en toda la ciudad un total de 10 pantallas gigantes para poder ver la celebración en directo.
Quienes quisieron ver al Papa en el Obradoiro tuvieron que esperar horas, ya que la plaza se abrió a los fieles a las ocho de la mañana, y aproximadamente a las diez ya se habían ocupado las sillas. Conocedores de esta situación, los organizadores del viaje papal colocaron en la plaza máquinas expendedoras de bocadillos y de refrescos
Rajoy espera que la visita del Papa dé fuerzas a todos para superar la crisis
El presidente del PP, Mariano Rajoy, ha asegurado hoy tras mantener un breve encuentro con el papa Benedicto XVI, acompañado por su mujer, que la visita del Pontífice "dé fuerzas a todos" para superar el "momento difícil" que están viviendo Galicia y España.
En declaraciones a la Televisión de Galicia tras el encuentro, Rajoy ha asegurado que la visita del Pontífice a Santiago hace que el momento difícil para España "sea un poco menos difícil".
"Espero que nos dé fuerzas a todos para superar lo que estamos viviendo", ha dicho.
El líder del PP ha afirmado que la visita de Benedicto XVI es un "gran colofón" al año Xacobeo y ha considerado que es "muy bonito y emocionante" que el Papa le haya recibido en Santiago de Compostela, en donde nació, estudió, de donde es su familia, según ha recordado y de donde se siente.
Rajoy ha indicado que es la cuarta vez que asiste este año a una misa en la catedral, en este caso en su exterior, con motivo del año Xacobeo y ha afirmado que en todas las ocasiones había "muchísima gente".
"Sé además, por las estadísticas, por lo que se publica, que ha sido un éxito", la afluencia de peregrinos y turistas durante este año a Galicia.
El saludo con el Papa se ha celebrado en la sacristía, montada en la parte trasera del escenario, y en ella Benedicto XVI ha entregado a Rajoy y a su esposa dos obsequios personales.
Benedicto XVI regala a Rajoy y a su esposa una medalla y un rosario y éstos una virgen peregrina al Pontífice
El Papa Benedicto XVI ha regalado al presidente del PP, Mariano Rajoy y a su esposa, Elvira Fernández, una medalla y un rosario conmemorativos de la visita del Pontífice y éstos le han correspondido con una virgen peregrina, patrona de Pontevedra, según han informado a Europa Press fuentes del PP.
El Santo Padre ha saludado al líder de los 'populares' tras la misa celebrada en la Plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela y antes de partir hacia el aeropuerto para volar hacia Barcelona, después de su viaje como peregrino a la ciudad gallega.
En el marco de este saludo, Benedicto XVI y Mariano Rajoy han mantenido una breve conversación en la que el líder del PP ha trasladado al Santo Padre su creencia de que los valores que éste predica ayudarán a hacer frente a la crisis económica.
Asimismo, Rajoy ha tenido oportunidad de recordar al Papa las otras dos veces que han tenido ocasión de conversar, en el Vaticano y en Valencia, y lo ha felicitado por su homilía en Santiago de Compostela. Además, el presidente de los 'populares' ha reiterado, según las citadas fuentes, su "emoción" por la visita del Papa a su ciudad natal.
Despega desde Santiago el avión que traslada a Benedicto XVI a Bercelona
El avión de Iberia que traslada a Benedicto XVI a Barcelona ha despegado a las 19.50 horas del aeropuerto de Lavacolla, tras pasar ocho horas en Santiago de Compostela, donde el Santo Padre ganó el jubileo como un peregrino más y celebró una eucaristía ante 6.000 fieles congregados en la Plaza del Obradoiro.
Una reducida comitiva, presidida por los Príncipes de Asturias, fue la encargada de despedir al Papa en el aeropuerto compostelano, en una breve ceremonia. Puesto que los actos del Sumo Pontífice acumularon un ligero retraso --abandonó Santiago media hora después de lo previsto--, su llegada a Barcelona se espera en torno a las 21.00 horas.
A pie de pista, el Papa fue despedido, además de por los Príncipes de Asturias y por cardenales, por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; el ministro de Fomento, José Blanco; el delegado del Gobierno en Galicia, Antón Louro; y el alcalde de Santiago de Compostela, Xosé Sánchez Bugallo.
El Papa llegó al aeropuerto desde el Obradoiro, donde fue despedido por la gente que asistió a su eucaristía entre aplausos y consignas animadas por megafonía como "Viva el Papa", "Benedicto oé, oé, oé" o "Sí, sí, sí, nos vemos en Madrid".