Manos Limpias se querella contra Blesa y 10 exdirectivos de Cajamadrid

  • Por los sobresueldos entre 2007 y 2010
Miguel Blesa
Miguel Blesa |Telemadrid

Manos Limpias, bajo la dirección letrada de la asociación Ausbanc, ha presentado este viernes una querella en los juzgados de instrucción de Madrid contra el expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa y otros diez directivos de la entidad en relación con los sobresueldos presuntamente cobrados entre 2007 y 2010.

En concreto, se ha querellado por los delitos de apropiación indebida continuada, según el artículo 252 del Código Penal, y en su defecto delito de administración desleal del patrimonio continuado según artículo 295 del C.P contra los miembros del Comité de Dirección.

Anticorrupción ya presentó a finales de enero en los juzgados ordinarios de Madrid una denuncia derivada del expediente sobre materia retributiva y de previsión social de la alta dirección de Caja Madrid que le fue remitido por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que refleja un perjuicio económico estimado para la entidad de 14,8 millones de euros.

QUERELLADOS

Manos Limpias acusa a Blesa y los exdirectivos Matías Amat, Juan Astorqui, Carmen Contreras, Ramón Ferraz, Carlos María Martínez, Ricardo Morado, Mariano Pérez, Ildefonso Sánchez Barcoj, Rafael Spottorno y Enrique de la Torre de la comisión de delitos de apropiación indebida o, en su defecto, administración desleal.

Asegura en su querella que todos ellos dispusieron "fraudulentamente" de 15 millones de euros por medio de un sistema de retribuciones ilícitas. "Los hechos revelan una grave defraudación en el régimen de retribuciones por parte de los altos cargos de la caja", indica.

La querella, a la que ha tenido acceso Europa Press especifica que órganos de control de la caja, como la Comisión de Retribuciones, "contribuían a dar una apariencia formal de legalidad a las actividades delictivas que impunemente desarrollaron los directivos".

Entre estas destacan subidas salariales del 26 por ciento de los miembros del Comité de Dirección sin la autorización de los órganos de gobierno de la entidad, incrementos irregulares de las retribuciones variables, indemnizaciones por cese o despido y planes de pensiones desmesurados.

Según los querellantes, y sin perjuicio de que a la vista de la instrucción pueda extenderse el ámbito de investigación a otros posibles sujetos activos," resulta incuestionable que la Alta Dirección integraba el denominado, por la propia entidad, Comité de Dirección de Caja Madrid, órgano que tomaba las decisiones aunque "ni tan siquiera se encuentra previsto ni regulado en la normativa especial de Cajas".

Insisten en que los hechos denunciados por el FROB, revelan una grave defraudación en el régimen de retribuciones por parte de los Altos Cargos de la Caja, integrados, fundamentalmente, por el denominado Comité de Dirección.

A pesar de existir la denominada Comisión de Retribuciones y la Comisión de Control, dichos órganos, "ontribuían a dar una apariencia formal de legalidad de las actividades delictivas que impunemente desarrollaron los Altos Directivos de la desaparecida Caja en la medida que no pudieron permanecer ajenos a tan reiterada y grave ilicitud en la forma de remuneración", incide la querella.

Entre estas actuaciones irregulares destacan, además del a subida salarial la existencia de compensaciones, como, por ejemplo, la retribución variable que percibían los máximos directivos, se vieron infladas. En este sentido, la retribución variable supuso un quebranto de 1,8 Millones.

También encuentran ilicitud en la indemnización por cese o despido de alguno de estos directivos también fue mayor de lo debido a causa de lo anterior. De tal forma que inflados, de forma artificial, el componente fijo y variable de la retribución, el quantum indemnizatorio por cese o despido de alguno de estos directivos también fue mayor de lo debido. Esta actuación podría haber supuesto un de 9,1 millones de euros sólo en los años 2009 y 2010, aducen.

Existen además según Manos Limpias irregularidades en las aportaciones a planes de pensiones de estos directivos que consistían en sustituir la parte que excedía del máximo deducible en el IRPF por una gratificación extraordinaria. De esta forma se originó un agujero adicional en las cuentas de 1,84 millones de euros.