La Comisión de Justicia ha aprobado la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim) que contempla adoptar las "medidas necesarias" para respetar la imagen e intimidad durante una detención y acabar así con las denominadas "penas de telediario" que sufren muchas personas antes de ser juzgadas.
Con 23 votos a favor, 14 en contra y dos abstenciones, la Comisión ha dictaminado los dos proyectos de ley de reforma de la LECrim para su debate y aprobación por el Pleno de la Cámara ante las críticas de la oposición, que ha lamentado que el Gobierno haya optado por una reforma "parcial" de una norma que data de 1882 y que supone un "fiasco", si bien el PP ha defendido la "modernidad" de su articulado.
Entre las más de treinta enmiendas aceptadas, la reforma incorpora una transaccional de CiU sobre la detención y la prisión provisional para eliminar las llamadas "penas de telediario". "Se deberán adoptar las medidas necesarias para asegurar el respeto a sus derechos constitucionales, al honor, intimidad e imagen en el momento de practicarse, así como en traslados ulteriores", recoge el articulado.
Fuentes parlamentarias consultadas han asegurado que esta propuesta no está motivada por ningún caso concreto, como el del ex vicepresidente Rodrigo Rato, sino que persigue dar un trato "justo, respetuoso e igualitario" a todos los ciudadanos, pese a que la legislación vigente ya señala que el arresto deberá practicarse en la forma "que menos perjudique al detenido".
Otra de las novedades introducidas tiene que ver con la prórroga de los plazos de instrucción que la reforma concedía en exclusiva al Ministerio Fiscal y que ahora también podrán solicitar todas las partes personadas en la causa -acusación popular, acusación particular, defensa y Abogacía del Estado.
El PP atiende así la petición unánime de los grupos de la oposición que durante el debate parlamentario han tachado de "inaceptable" esta medida, puesto que en muchas ocasiones "la Fiscalía conoce los procesos cuando están muy avanzados".
Ahora bien, no ha habido cambios en relación con la fijación de límites temporales en la instrucción judicial de 6 meses para las causas ordinarias y 18 para las complejas, pese a las críticas mayoritarias de la oposición.
"La lectura simplista de que la justicia es lenta porque no existen plazos es ridícula y muy ofensiva hacia jueces y tribunales", ha dicho Soraya Rodríguez (PSOE), que ha advertido de que los plazos generarán "impunidad e inseguridad jurídica".
Por el contrario, José Gonzalo Ordóñez (PP) ha destacado que los plazos "pondrán coto a la estigmatización" que sufren los acusados por años de dilación judicial, ya que los juzgados "no pueden ignorar el tiempo que transcurre en una instrucción".
"Su actividad va a estar sometida al análisis", ha explicado. Asimismo, el texto incorpora una enmienda del PP por la cual los jueces estarán obligados a justificar en un auto la detención incomunicada de los detenidos, quienes, además, serán sometidos a dos revisiones médicas cada veinticuatro horas para comprobar su estado psíquico y físico.
De esta forma, el PP ha respondido a las críticas de la Izquierda Plural, PNV, CiU y Grupo Mixto que han denunciado que los períodos de incomunicación generan "espacios de opacidad" que pueden inducir a la práctica de malos tratos y tortura.
Además, se reduce de 24 a 18 meses la duración máxima de la intervención y registro de las comunicaciones durante una investigación judicial y también se establece que cualquier sentencia es susceptible de ser recurrida ante el Tribunal Supremo.
Finalmente, algunos grupos han criticado la sustitución del término "imputado" por "investigado", que pasará a "encausado" tras el auto de acusación, como Gaspar Llamazares, de la Izquierda Plural que ha dicho que se trata de "una medida estética para tapar la falta de contenido de la reforma".
"Con 'investigado' va a ocurrir lo mismo que con 'imputado'", ha aseverado Emilio Olabarría (PNV). "Es una sutileza sin relevancia que va a provocar los mismos efectos perversos", ha añadido.