El presidente del tribunal que juzga a Elpidio José Silva por presunta prevaricación en su investigación a Miguel Blesa, Arturo Beltrán, ha pedido al Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) abstenerse de esta causa después de que haya aceptado la recusación planteada contra su compañera María Tardón.
Fuentes jurídicas han explicado que Beltrán ha presentado un escrito en el que señala que, dado que el juicio, del que se celebraron cuatro sesiones, tendrá probablemente que empezar de cero tras la marcha de Tardón, podría tener un "prejuicio" sobre la causa al haber participado ya en ella, por lo que sería más conveniente que la conociera otro magistrado desde el principio.
Del escrito se dará ahora traslado a la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que deberá valorar los motivos esgrimidos por el magistrado y resolver su solicitud que, según las fuentes consultadas, podrían obligarle a mantenerse en el tribunal.
DECIDEN APARTAR A LA MAGISTRADA MARIA TARDÓN, RECUSADA POR SILVA
La Sala del 77 del Tribunal Superior de Justicia madrileño ha decidido esta mañana, después de haberse reunido en tres ocasiones en los últimos días, apartar a la magistrada María Tardón, recusada por el juez Elpidio José Silva por su pertenencia a la Asamblea General de Caja Madrid entre 1999 y 2005 para "preservar la imagen de la Justicia".
Por el contrario, los cuatro magistrados que han integrado la sala especial de recusaciones del Tribunal Superior de Justicia de Madrid habían rechazado, no obstante, apartar a Beltrán, que también había sido recusado por Silva, al entender que sobre este magistrado no existen "dudas o sospechas objetivamente justificadas" que pongan en tela de juicio su imparcialidad.
La sala subraya en su auto que en Tardón "no concurre elemento alguno que cercene su imparcialidad" en relación con esta causa y "no cabría entender que afloren circunstancias que evidencien aquel interés directo o indirecto" al que aludía el acusado.
Sin embargo, explica que la magistrada perteneció al citado órgano de Caja Madrid entre 1999 y abril de 2005, cuando se incorporó a la carrera judicial, donde ejerció "amplias facultades de gestión y control", al margen de las relaciones de índole personal que llegara a mantener con Blesa, con quien ella mismo aseguró que no la unía ningún vínculo.
La circunstancia de que fuera consejera, mantiene la sala, "no desvanece por completo la huella dejada" por aquella "relación inicial", lo que "genera la apariencia o sospecha de pérdida de imparcialidad", con la "consiguiente merma de confianza y deterioro de la imagen pública de la Justicia".
Por ello, "con el fin de promover la confianza que deben inspirar los jueces y tribunales en una sociedad democrática", la sala concluye que en el caso de Tardón se dan "indicios objetivos suficientes" de que existe, al menos "en el ámbito de las apariencias", un "interés indirecto" en la causa.
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que ha tomado esta decisión en contra del criterio de la Fiscalía y de las acusaciones particulares, entre ellas la de Blesa, ha rechazado admitir la ampliación de la recusación instada por Silva contra Tardón en la que alegaba, entre otros motivos, que adjudicó un contrato a la empresa "Special Events", vinculada a la trama Gürtel, mientras era concejala del Ayuntamiento de Madrid.
La presentación de este incidente por parte de Silva el pasado 24 de abril forzó finalmente al tribunal a suspender el juicio cuando estaba celebrando su cuarta sesión hasta que se resolviera.