El Rey ha abrazado a su hijo, que a medianoche se convierte en el Rey Felipe VI, tras firmar la ley orgánica que hará efectiva su abdicación en una solemne ceremonia, celebrada en el Salón de Columnas del Palacio Real. Posteriormente, el Rey ha cedido a su hijo, el Príncipe de Asturias, su sitio en la presidencia de la ceremonia de sanción de su abdicación, como símbolo del traspaso en la Corona de España.