El ex director general de Trabajo Javier Guerrero, uno de los principales acusados del caso ERE, se ha retractado hoy de sus críticas durante la instrucción al expresidente Manuel Chaves y al exconsejero José Antonio Viera, a los que entonces acusó de "humillarle para defender su honorabilidad".
El juicio de la pieza política de los ERE, contra 22 ex altos cargos de la Junta, ha continuado hoy con la lectura de las declaraciones que desde que estalló el caso en 2011 ha prestado en los tribunales Guerrero, que se negó a contestar las preguntas de la Fiscalía y anunció que sólo responderá a su abogado.
Como ayer, Guerrero -que se enfrenta a ocho años de cárcel y 30 de inhabilitación por prevaricación y malversación- no ha ratificado estas declaraciones alegando que las hizo bajo "presión mediática y de la Policía para que declarase".
En la parte leída hoy de su primera declaración ante la jueza instructora Mercedes Alaya de marzo de 2012, que duró tres días y tras la cual lo envió a prisión, Guerrero arremetió contra sus superiores en la Junta -hoy sentados como él en el banquillo- por "humillarle para defender su honorabilidad" conforme la investigación judicial les apuntaba.
En concreto, criticó a Viera por llamarle "indeseable", a Chaves por decir que "no me conoce" y a la exconsejera Mar Moreno (inicialmente investigada aunque la causa se archivó para ella) por ponerle "a caer de un burro" cuestionando sus testimonios ante la Policía y la jueza, en los que sostuvo que actuó siguiendo sus instrucciones y que todo el Consejo de Gobierno conocía las ayudas sociolaborales que concedía desde su área.
También arremetió contra el presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Villalobos, por llamarle "putero, cocainómano y alcohólico". En la jornada de hoy varios abogados de Madrid, como los defensores del expresidente José Antonio Griñán (José María Mohedano) y del exconsejero Gaspar Zarrías (Gonzalo Martínez Fresneda) se han ausentado y han sido representados por letrados de Sevilla que defienden a otros acusados como el exconsejero Francisco Vallejo (Esperanza Molino).
La anécdota de la jornada la ha protagonizado el letrado de la administración de justicia (antes secretario judicial) Rafael Castro de la Nuez, molesto por la exigencia de los fiscales de leer todas las declaraciones previas de Guerrero y que ha pedido ayuda porque "no soy una máquina, yo también tengo derecho a parar de vez en cuando, a beber un poco de agua".
Tras un receso, la sesión continuará con la proyección del vídeo de la declaración que Guerrero realizó en octubre de 2015 ante la sucesora de Alaya, la jueza María Núñez.