La Guardia Civil ha interceptado en la A-23, en el término municipal de Ferreruela de Huerva, en la provincia de Teruel, a un grupo de seis inmigrantes que viajaban en el interior de un camión frigorífico. Se trata de una familia de origen kurdo, procedente de Irak, cuyos seis integrantes viajaban como polizones en la cabina de carga de un camión frigorífico y que han solicitado refugio en España acogiéndose a un convenio de protección internacional.
Fuentes policiales consultadas han explicado que la solicitud de protección de la familia, un matrimonio y cuatro hijos, dos chicas y dos chicos de 6 a 12 años de edad, ha sido cursada ya al Ministerio del Interior para su tramitación. Las fuentes citadas han señalado que la familia será trasladada a la Comandancia de Teruel para ser alojada provisionalmente en una de las viviendas de la instalación, hasta que la Unidad de Extranjería de la Policía Nacional se haga cargo del asunto.
Los hechos ocurrieron ayer cuando el conductor del camión escuchó voces en la zona de la caja del vehículo, por lo que dió aviso a la Benemérita.
Los agentes se personaron en el lugar, en el kilómetro 202 de la citada autovía, y decubrieron a seis personas abordo del camión. Una de ellas se encontraba mareada, por lo que fue atendida en una ambulancia, según ha informado fuentes del instituto armado.
Los seis se encuentran en buen estado de salud. Se trata de integrantes de una misma familia formada por una pareja y cuatro menores de 6 a 12 años, y carecen de documentación.
Con la ayuda de un intérprete, consiguieron explicar a los responsables policiales que consiguieron introducirse de forma clandestina en la cabina de camión tras apercibirse de que su conductor dormía.
Mientras tanto, el camionero, de nacionalidad búlgara permanece detenido por un presunto delito de tráfico de seres humanos para garantizar su presencia mañana en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Calamocha, encargado del caso.
A pesar de que fue el propio transportista el que alertó a la Guardia Civil de la posible presencia de personas en el interior de su camión frigorífico, los investigadores no descartan la posibilidad de que conociera la situación y creen necesario que explique por qué la puerta estaba cerrada desde afuera.
Tampoco descartan que el propio camionero, antes de reemprender el camino, cerrara la puerta de la cabina al darse cuenta de que estaba abierta.
La ausencia de documentación y la imposibilidad de comunicarse con la familia dificultó ayer las primeras gestiones realizadas por la Guardia Civil.
La Policía Nacional ha insistido en que la familia no está detenida y que desde la óptica policial son consideradas "víctimas" de una situación que les ponía en situación de peligro en su país de origen.
El camión frigorífico en el que viajaban es propiedad de una empresa de transportes de Almería.