Carlos Germán, el jefe del operativo que iba a llevar a cabo la operación contra el aparato de extorsión de ETA en el bar Faisán, confesó no sólo que tenía recelo hacia el operación porque podía "conllevar riesgos políticos, dado el momento de la tregua de ETA", sino también "por la implicación de un miembro destacado del PNV, Gorka Aguirre".
Es la misma tesis que defiende Joseba Elosúa Llanos, el hijo del dueño del bar Faisán, en su entrevista con el programa "objetivo", dirigido por Manuel Cerdán, y emitido por Telemadrid el pasado martes: que la delación se produjo para evitar la detención de Gorka Aguirre, que estaba implicado en el asunto.
Gorka Aguirre, ligado estrechamente a la figura del presidente Xabier Arzalluz, falleció en marzo de 2009. Sus últimos años fueron especialmente convulsos por la enfermedad que acabó con su vida, y por su implicación en el caso Faisán. Fue detenido por su presunta colaboración con el aparato de extorsión de ETA. La policía le acusaba de haber sido intermediario entre la banda y al menos dos empresarios navarros para el cobro del llamado "impuesto revolucionario", el pago de la extorsión a los terroristas.
El juez de la Audiencia Nacional, Grande Marlaska, el primer instructor del "Faisán" le impuso una fianza de 30.000 euros que en junio de 2006 Gorka Aguirre abonó y pudo salir en libertad. Posteriormente esa fianza sería reducida a 12.000 euros por Baltasar Garzón, que terminó retirándole la imputación en el caso.