Los forenses han exhumado esta mañana los cadáveres de dos ancianas enterradas en el cementerio de Olot (Girona) a las que les practicarán la autopsia para determinar si fueron asesinadas por el celador de La Caritat, tal como él mismo confesó en su última declaración ante el juez.
Las exhumaciones se han llevado a cabo por orden del Juzgado de instrucción número 1 de Olot y los cuerpos se trasladarán al Instituto de Medicina Legal de Girona, dónde serán estudiados, tal como se hizo con otros ocho cadáveres.
Joan V. ha confesado haber asesinado a 11 ancianos de la residencia durante los años que ha trabajado en el centro (2005-2010), a los primeros con cócteles de medicamentos o sobredosis de insulina, y a las tres últimas, suministrándoles lejía.
La investigación judicial ha acreditado la causa de la muerte de las tres últimas víctimas --una de ellas fue quien destapó el caso--, aunque se encuentra pendiente de concluir las otras ocho exhumaciones, de los que el celador ha confesado haber matado a seis.
El juez pide esta nueva exhumación porque entiende que la confesión por el imputado "no exime al instructor de practicar las diligencias de instrucción que sean necesarias". Las ancianas murieron en agosto de 2009 y octubre del mismo año.
El celador firmó que a los ancianos los asesinó por iniciativa propia, que siempre estaba solo, y que no le dijo a nadie que había cometido los crímenes.
Joan V. aseveró que con su actuación no ha matado a nadie, si no que les ha "ayudado a morir", porque tenían un nivel de dependencia muy alto y necesitaban una grúa para moverse, circunstancias muy precarias. "Si estuviera en estas circunstancias me gustaría que me ayudaran a morir", llegó a decir.