La Policía Nacional, la Guardia Civil y los cuerpos policiales autonómicos registraron el pasado año 1.285 delitos de odio, la mayoría (513), lo que equivale al 40 por ciento, vinculados con la orientación sexual de la víctima, seguidos de cerca, con 475, por los relacionados con el racismo y la xenofobia. Por detrás de estos principales delitos, en 2014 se contabilizaron 199 contra la discapacidad; 63 contra creencias o prácticas religiosas; 24 antisemitas, y 11 relacionados con la aporofobia (rechazo de la pobreza).
Son algunas de las principales conclusiones del segundo informe sobre delitos de odio en España presentado por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que ha destacado que respecto a 2013 se ha producido un aumento de conductas de odio -sean consideradas delitos penales o infracciones administrativas- del 9,6 por ciento.
Un aumento, ha explicado, que no supone un incremento de los delitos, sino que se han incorporado las cifras de la Ertzaintza y se ha mejorado la recogida de datos por parte de las fuerzas de seguridad con respecto al ejercicio anterior.
El titular de Interior ha aclarado que el antisemitismo se distingue del delito de odio contra las creencias porque que el primero está recogido en el Código Penal, además de contemplar no solo un componente religioso sino también racista.
Dos de cada tres hechos fueron esclarecidos por las fuerzas y cuerpos de seguridad, que detuvieron a 512 personas. Es en los ámbitos de "orientación o identidad sexual", de "creencias o prácticas religiosas" y de "racismo y xenofobia" donde resulta más notable esta incidencia.
Respecto a las víctimas, la cuarta parte son menores de edad, 326 jóvenes frente a las 370 de edades comprendidas entre los 26 y los 40 años, lo que indica que los menores constituyen un sector potencial a este tipo de criminalidad.
Las mujeres son, en un 54 por ciento de los casos, las que más sufren estos delitos, y en siete de cada diez casos las víctimas son españolas.
Es el interior de las viviendas la que encabeza la lista de lugares de comisión de estos hechos delictivos, con 458 casos. A continuación, le siguen los hechos ocurridos en la vía pública y otras vías de comunicación (365), los establecimientos de hostelería y ocio (163), los espacios abiertos (79), los campos de fútbol (40) y los centros religiosos (40).
Por comunidades autónomas, Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana y País Vasco son las que poseen los valores numéricos más destacados, aunque estas regiones se encuentran asimismo entre las más pobladas de España. Por provincias, Madrid, Barcelona, Zaragoza, Valencia, Sevilla, Cádiz, A Coruña, Vizcaya, Guipúzcoa y Baleares son las que registran mayor número de "delitos de odio" conocidos por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Y, por nacionalidades, los datos muestran que las víctimas de nacionalidad española ocupan el 72 por ciento del total de los hechos denunciados mientras que las extranjeras alcanzan el 28 por ciento restante. Marruecos, Colombia, Rumanía, Senegal, Bolivia y China son los países que aúnan valores más elevados.
Sobre los principales hechos que motivaron la detención/imputación de los autores de delitos de odio, el informe revela que los autores de sexo masculino son detenidos en mayor medida por hechos como abusos y agresiones sexuales, lesiones y amenazas, mientras que las amenazas y las lesiones prevalecen entre los motivos de detención del grupo de autores de sexo femenino.
Fernández Díaz ha destacado que un país que se constituye ya como un referente en la publicación de datos estadísticos de delitos de odio da "un paso previo para la persecución", al tiempo que ha defendido la "tolerancia cero" contra este tipo de conductas.