España, que este semestre ostenta la presidencia rotatoria de la Unión Europea y por tanto marca la agenda de las reuniones, ha decidido que este martes no someterá a votación la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego, en el último encuentro en el que podía hacerlo.
Desde que España planteó la petición para cambiar el reglamento en agosto porque la oficialidad del catalán era una demanda expresa de JxCAT para apoyar la investidura del presidente Pedro Sánchez -que ya ha conseguido- la cuestión se ha tratado en todas las reuniones que han mantenido los ministros de Asuntos Europeos.
El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha responsabilizado este martes al PP de la no aprobación de la oficialidad del catalán en la Unión Europea: "Han tenido interés en hacer descarrilar una propuesta que formaba parte de los acuerdos políticos que podían facilitar un gobierno del PSOE y Sumar".
En un largo mensaje en X, Puigdemont ha acusado al PP de "españolizar la política europea más allá de lo que se podía permitir" y de haber provocado "situaciones delirantes", como la oposición del ministro italiano de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, a la oficialidad del catalán en la Unión Europea.
"Las reticencias iniciales de algunos países con gobiernos populares se explican, en gran medida, por la presión política y no tanto por las razones aducidas", agrega el expresident