El sistema de Seguridad Social contaba con 19.455.384 cotizantes y 8.705.707 pensionistas a cierre del año pasado, lo que da 2,23 afiliados por cada perceptor de una pensión, marcando así el peor dato de la serie histórica desde 1999.
El equilibrio entre cotizantes y pensionistas ha empeorado ligeramente respecto a 2016, cuando se situaba en 2,27 cotizantes por jubilado, debido a que mientras que el número de pensionistas ha aumentado en más de 96.000, el de cotizantes (trabajadores y desempleados) ha disminuido en 129.271 personas.
Según los datos del Ministerio de Empleo consultados por Efe, hay que remontarse a 1998 para encontrar una ratio más baja a cierre de año, de 2,15 en cuanto al equilibrio entre afiliados y pensionistas, si bien la mínima se contabilizó en 1996 (2,06).
Por el contrario, el mejor equilibrio entre cotizantes y pensionistas de la serie histórica se logró en diciembre de 2007, con una relación de 2,71, cifra que disminuyó de forma progresiva hasta los 2,23 que alcanzó en 2017.
A cierre de 2017, el balance anual que facilita el Ministerio de Empleo y Seguridad Social muestra que hubo un total de 19,45 millones de afiliados, de los cuales 18,33 millones eran trabajadores y los otros 1,12 millones eran desempleados, que contribuyen al sistema a través de las cotizaciones que incluye el subsidio de paro.
El número de afiliados ocupados marcó su máximo histórico en 2007, con 19,2 millones de cotizantes, y a partir de ese año, con la crisis económica, comenzó a disminuir hasta marcar los 16,2 millones en 2013, la cifra más baja en diez años.
Desde entonces, la Seguridad Social ha recuperado más de 2 millones de afiliados ocupados, al sumar 417.574 cotizantes más en 2014; 533.186 más en 2015, 540.655 más en 2016 y casi 600.000 en 2017.
Frente a esto, el número de afiliados desempleados ha disminuido en 718.481 personas, que han dejado de percibir la prestación contributiva, bien porque se les ha agotado, bien porque han encontrado empleo.
Este colectivo marcó su máximo histórico en 2009 cuando 2,87 millones de personas cotizaban por la prestación por desempleo que percibían.
Desde entonces, su número ha ido disminuyendo hasta registrar 1.124.277 afiliados desempleados a finales de 2017, la menor cifra desde 2004, cuando había 1.121.015 afiliados desempleados.
Al tener en cuenta tanto a trabajadores como a desempleados, el número total de cotizantes al sistema se ha reducido en 129.271 personas en último año.
Por su parte, el número de pensionistas no ha parado de crecer hasta aumentar en más de un millón en la última década, y sólo durante 2017 sumó casi 100.000 personas.
De los 8,7 millones de pensionistas a cierre de 2017, la mayor parte, 5,7 millones, eran perceptores de una pensión de jubilación, mientras que 1,7 millones eran de viudedad, 942.000 de incapacidad permanente, 323.000 de orfandad y casi 40.000 a favor familiar.
Pese a estos datos, el secretario de Estado de Empleo, Tomás Burgos, aseguró esta semana que la sostenibilidad de las pensiones está garantizada gracias a los más de 610.000 nuevos trabajadores afiliados que se registraron a cierre de año.
Además, destacó que el sistema finalizó el año incorporando a 6,32 afiliados ocupados por cada nuevo pensionista, es decir, que en 2017 empezaron a cotizar casi 600.000 trabajadores, frente a las 96.000 personas que comenzaron a percibir una pensión.
Si tenemos en cuenta el número total de afiliados (ocupados y desempleados) el sistema sólo ganó 1,33 cotizantes por cada nuevo pensionista en 2017.