Agentes de la Policía Nacional han detenido a once personas que cometían robos con fuerza en domicilios y establecimientos para sustraer vehículos en las ciudades de Alicante, Murcia y Madrid y posteriormente venderlos por Internet, según ha informado el Ministerio del Interior.
Los detenidos, a los que por el momento se les atribuye el robo de 12 vehículos, contaban con llaves falsas --a las que se referían en clave como 'colonias-- provistas de los códigos necesarios para cada marca y modelo de coche, que también recibían apodos como 'Ramón', 'Tigretón', 'Alto', entre otros. No obstante, vendían los automóviles únicamente para ser desguazados, bajo el falso pretexto de que estaban embargados judicialmente.
La investigación se inició el pasado mes de agosto cuando se relacionaron varias denuncias sobre una organización especializada en robos con fuerza efectuados en las ciudades de Alicante, Madrid y Murcia. Se trataba de un grupo de ciudadanos españoles y sudamericanos, afincados en la capital y en Alicante, cuya principal fuente de financiación procedía de la sustracción de vehículos para su ulterior venta ilegal en el mercado de segunda mano.
El 'modus operandi' empleado por los ladrones se dividía en distintas fases. En una primera etapa, localizaban y seleccionaban los coches a robar. Además obtenían todo tipo de información sobre la forma de acceso y las medidas de seguridad que disponía el inmueble donde se encontraba estacionado el automóvil.
Después, con los datos obtenidos accedían a las viviendas, normalmente de madrugada, para sustraer los vehículos. La mayoría de las veces, rompían el bombín de la puerta principal, y en algunas ocasiones penetraban en el garaje a través de butrones, mediante el empleo de radiales, sopletes de oxígeno y lanzas térmicas.
Para abrir los coches utilizaban llaves falsas, que conseguían en cualquier ferretería, y ellos mismos codificaban por medio de un aparato electrónico conectado al ordenador. Una vez inutilizados los sistemas de alarma de los coches los sustraían y los aparcaban en zonas alejadas de sus domicilios con placas de matrícula falsificadas.
Una vez que llegaban a un acuerdo con los compradores los miembros del grupo desarticulado entregaban el vehículo en cualquier punto de España, donde percibían el dinero pactado. Por último, el dinero obtenido con la venta se enviaba mediante giros postales o ingresos bancarios a 'hombres de paja' de la red que carecían de antecedentes policiales.
Se han practicado once registros en los que se han intervenido llaves de diferentes vehículos, herramientas, un dispositivo electrónico y diversos juegos de cables empleados para codificar las llaves, ruedas de coche de varios modelos, teléfonos móviles y diversa documentación pendiente de análisis, entre otros efectos.