Los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana han acordonado durante más de dos horas el centro de Barcelona por la presencia de un paquete sospechoso hallado en el interior de un autobús, que ha acabado siendo una falsa alarma, han informado a Efe fuentes de la policía catalana.
Tras casi una hora de minuciosa inspección, los expertos en desactivación de explosivos (Tedax) han comprobado que el paquete sospechoso, del que le salían unos cables, no era en realidad una artefacto explosivo, sino uno paquete que simulaba ser una bomba, aunque en su interior no había nada.
Ha sido el propio conductor del autobús, de la línea 22, el que hacia las 14.00 horas ha dado la alerta por la presencia de este paquete sospechoso, por lo que, siguiendo los protocolos de seguridad, se ha desalojado a los pasajeros, se ha acordonado la zona y los comercios de los alrededores han bajado sus persianas.
Durante el tiempo en que se ha mantenido el cordón policial, que cubría la Ronda de Sant Pere entre la plaza Urquinaona y el Paseo de Gracia, se han tenido que desviar una quincena de líneas de autobús y cerrar uno de los accesos del metro en la estación de Urquinaona.
Los Mossos d'Esquadra han abierto ahora una investigación para tratar de descubrir quién ha puesto la falsa bomba en el autobús, que se encontraba estacionado en el punto de partida de su itinerario, a la altura del número 13 de la Ronda de Sant Pere.
Hacia las 16.25 horas los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana han empezado a desmontar el cordón policial.