La Guardia Civil, en el marco de la operación 'Leatherface' desarrollada en varias provincias españolas, ha detenido a 64 personas (62 de nacionalidad italiana, un español y una mujer brasileña) consiguiendo así desmantelar a la organización criminal internacional vinculada a la camorra italiana. A todos ellos, se les imputan delitos de asociación ilícita, blanqueo de capitales, contra la hacienda pública y contra la propiedad industrial.
Según ha informado el Ministerio del Interior, entre los detenidos destaca el máximo responsable de la organización Giulano R., su lugarteniente en España Vittorio P. y el contable de la organización. Asimismo, en la misma operación los agentes han identificado a otras 60 personas relacionadas con los hechos investigados, por lo que en la actualidad la Autoridad Judicial tramita órdenes internacionales de detención contra éstas.
En concreto, las investigaciones se iniciaron en los primeros meses de 2010, cuando el Grupo de Delincuencia Económica de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil tuvo conocimiento, a través de EUROPOL y otras vías de investigación, de la actividad delictiva que estaría desarrollando en España la organización criminal ahora desmantelada.
DIRIGIDOS DESDE NAPOLES
La red, dirigida desde Nápoles por varios miembros de una misma familia vinculados a la camorra, al igual que cualquier otra organización de características mafiosas, trataba de monopolizar un sector de mercado, aplicando técnicas fraudulentas.
Para llevar a cabo su actividad la organización adquiría enormes cantidades de productos falsificados en China (herramientas, maquinaria y textil), que eran enviados fundamentalmente a España e Italia, donde parte de ellos eran comercializados y el resto, enviados a Francia, Alemania, EEUU, Brasil, México, Marruecos, Sudáfrica, Finlandia, Canadá, Holanda, Polonia, Hungría, Rumanía y Portugal, a través de "sucursales" que la red poseía en dichos países.
Además, para la confección del material en China la organización mantenía contactos con 25 empresas de ese país las que, tras recibir el diseño original del objeto a falsificar; confeccionaban miles similares adhiriéndoles las marcas y logos originales. Posteriormente los objetos fabricados eran enviados a España en contenedores a través de los puertos de Sevilla, Valencia y Málaga.
Una vez que el material llegaba a los países de destino final de la mercancía, la organización formaba estructuras de venta que dividían el país en zonas de comercialización. En cada una de las zonas actuaba un grupo numeroso de personas, normalmente italianas y contratadas por la organización, que a diario y dirigidas por un responsable de zona, recorrían poblaciones, barrios y comercios, ofreciendo el producto a precio mucho más bajo que el del mercado, tratándose de productos falsificados sin ningún tipo de garantía de calidad, seguridad o funcionamiento.
CREACION DE UN GRUPO EMPRESARIAL
Para dar apariencia de legalidad a la importación de los productos ilícitos, la red había creado un grupo empresarial compuesto por 20 empresas que tenía la facultad de blanquear sus propios beneficios mediante la transmisión de fondos entre sus distintas sociedades y a través de facturación falsa.
En España, la Guardia Civil ha practicado 12 registros domiciliarios en Málaga, Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla, incautándose de un gran volumen de mercancía y documentación en soporte físico e informático relacionado con la investigación.
La información adquirida durante la investigación se trasladó a la Guarda di Finanza de Italia, donde sus agentes registraron 12 inmuebles en Nápoles y Roma incautándose igualmente de abundante mercancía falsificada.