La Audiencia Nacional ha aceptado flexibilizar las condiciones de condena de cuatro etarras arrepentidos acogidos a la vía Nanclares que se encuentran en la fase final de sus condenas.
Los beneficiarios de la medida acordada por el juez central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, son Rafael Caride Simón (uno de los autores del atentado de Hipercor en Barcelona), Aitor Bores, Jorge Uruñuela y Luis María Carrasco.
En el caso de los dos primeros, será la Junta de Tratamiento la que decida si se les debe imponer un pulsera para el control telemático o control presencial; en el caso de Carrasco le permite las salidas durante los fines de semana y en el de Uruñela le concede la libertad condicional.
Todos los autos cuentan con el visto bueno del fiscal, de modo que, según ha informado la Audiencia Nacional, el juez solo tiene pendiente de resolver un último recurso del preso Ibon Etxezarreta, único pendiente de la llamada vía Nanclares.
En los casos de Caride Simón y Aitor Bores, el juez Castro recuerda que los internos han manifestado por escrito su renuncia, rechazo y arrepentimiento por los hechos por los que han sido condenados y han evidenciado la desvinculación con la banda armada. Asimismo, tiene en cuenta el avanzado grado de cumplimiento de sus condenas, su buena conducta penitenciaria y que cuentan con apoyo familiar y con hábitos laborables consolidados. En ambos casos tienen posibilidad de realizar actividades en el exterior.
Caride Simón, de 72 años, será voluntario en un proyecto de integración para personas en situación de riesgo, principalmente población penitenciaria en el régimen de Guipúzcoa.
Fue condenado a 790 años de cárcel por el atentado de Hipercor de 1987, perpetrado por el "comando Barcelona". En los últimos años mantuvo encuentros con las víctimas de ese atentado, a los que expresó su sentimiento de culpa por el daño causado.
Otro de los autos del juez Castro afecta a Luis María Carrasco, a quien permite salir de prisión los fines de semana, con idea de que pueda recibir el mismo tratamiento que los otros dos cuando tenga una oferta laboral o de hacer alguna actividad en el exterior. Carrasco fue condenado a 47 años de cárcel por el asesinato en 2001 del director financiero del Diario Vasco Santiago Oleaga, se acogió en 2010 a la vía Nanclares y firmó una carta distanciándose de ETA y proclamando la necesidad de "reconocer y reparar" a las víctimas. Después de acogerse a la vía Nanclares, Carrasco participó en los encuentros con las víctimas que han dado origen al libro "Los ojos del otro", y que recoge las experiencias de los encuentros entre víctimas de ETA y etarras acogidos a esta vía.
Lo mismo hizo en aquel año Aitor Bores Gutiérrez, miembro liberado del "comando Araba" de ETA, quien fue condenado a 73 años de cárcel por cinco delitos de terrorismo en relación con la colocación de dos artefactos explosivos en un residencia militar de Araca (Vitoria) en 1997, entre otros delitos.
A Uruñuela, el magistrado le concede la libertad condicional al haber cumplido las tres cuartas partes de su condena, haber declarado su rechazo y repudio de la violencia de ETA, además de estar pagando la responsabilidad civil impuesta y mostrar su disposición a colaborar con las autoridades en todo lo que sea requerido. Uruñuela fue condenado en 2005 a 16 años de prisión por la quema en 2000 en Barakaldo (Bizkaia) de un concesionario de coches y un cajero de una entidad bancaria. Se desvinculó en 2009 de la banda terrorista y poco después, en enero de 2010 fue expulsado del colectivo de presos de ETA junto a otros 14 reclusos, la mayoría de ellos vinculados a la vía Nanclares.