Tomar hasta cuatro tazas de café al día no sólo no es perjudicial, sino que tiene efectos beneficiosos sobre enfermedades muy graves. Los últimos estudios sobre el café aseguran que, lejos de ser tóxico, puede ayudar a los pacientes de diabetes, alzheimer o cáncer de hígado.
Está claro que el café permite descansar, conversar, desconectar de la rutina laboral e incluso infudnir ánimos a quien lo bebe. Pero también, el consumo moderado es una fuente de salud. Se sabe que la cafeína, principal componente del café, estimula el sistema nervioso central, reduce la sensación de cansancio y mejora el estado de alerta y la concentración.
Sin embargo, es menos conocido su carácter preventivo frente a las enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson y el Alzheimer, y algunos tipos de cáncer; su asociación inversa con la incidencia de diabetes mellitus y las dolencias hepáticas, o sus efectos beneficiosos en la salud cardiovascular. Éstas y otras evidencias científicas se ponen de manifiesto en el libro "Café y estilo de vida saludable", una revisión bibliográfica presentada hoy en la Real Academia de Medicina de Madrid por dos de sus autores, Mariano de la Figuera, especialista en Medicina Interna, Familiar y Comunitaria, y Antonia Lizarraga, especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte.
Ambos han defendido que no hay motivos para eliminar el consumo de café como parte de una dieta equilibrada siempre y cuando éste sea moderado, es decir, equivalente a 3 ó 4 tazas diarias. Además de cafeína, contiene otras muchas substancias como vitaminas, minerales y antioxidantes, por lo que, en función de la cantidad y regularidad de las ingestas, podría ser considerado un alimento funcional.