La presidenta del PP de Madrid y candidata a la Alcaldía de la capital, Esperanza Aguirre, ha llamado este jueves a marcar las diferencias ideológicas con el resto de formaciones políticas porque su partido, que ha definido "en teoría" como liberal y conservador, no puede tener las mismas ideas que la izquierda "más moderada o civilizada" que representa el PSOE de Pedro Sánchez o que Ciudadanos.
En una entrevista en la Cadena Ser, la candidata ha señalado la necesidad de "hablar más veces y más claro de las diferencias ideológicas" para tratar de remontar electoralmente después de que el PP cayese "tremendamente" en las elecciones europeas de hace un año.
Entonces fue a hablar con el presidente del partido, ha contado, ante el "bajón" en Madrid, de hasta 18 puntos. Aún así, esos resultados estaban cuatro punto por encima de la media en España.
"Desde mayo el PP está mal por la razón que sea. Hay que hacer autocrítica", ha defendido. Una de esas razones es no haber subrayado lo suficiente las diferencias ideológicas con otros partidos aunque la primera causa es que el PP, cuando llegó al Gobierno de la Nación, "tuvo que tomar decisiones contrarias" a su esencia, como la "subida importante de impuestos".
Tampoco se ha olvidado de la "absolutamente necesaria" reforma laboral, de la que ha dicho que gracias a ella "el empleo aumenta".
La corrupción "es culpa de los corruptos", ha matizado aunque ha defendido que hay que prevenirla mediante transparencia y acortando los plazos de instrucción judicial con el fin de evitar que la ciudadanía piense que los corruptos quedan impunes por el paso de los años.
La corrupción, por otro lado, afecta a todos los partidos, desde el PP hasta el PSOE, con el "caso más grave cuantitativamente", pasando por CiU, con "un hombre de Estado que presuntamente utilizó el cargo para enriquecerse", y para aterrizar en Podemos, que "acaba de llegar y tiene también casos".
Su receta pasa por poner en marcha medidas de regeneración "entre todos", que supondrían cambiar la ley electoral ya que la actual, con "listas cerradas y bloqueadas", lleva a los políticos a "responder más ante las cúpulas de los partidos que ante los ciudadanos".