La tripulación del aparato de Spanair siniestrado en agosto de 2008 en el aeropuerto de Madrid-Barajas perdió el control después del despegue "por no haber configurado el avión correctamente" y no haber desplegado los flaps/slaps (alerones empleados para aterrizar y despegar).
Esta es una de 78 las conclusiones a las que ha llegado la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), en el informe definitivo del accidente, en el que murieron 154 personas, publicado hoy.
En el capítulo de causas, el informe señala que la tripulación no detectó el error de configuración ni "identificó los avisos de pérdida ni corrigió esa situación después del despegue", lo que causó un deterioro de las condiciones de vuelo.
Entre los factores que contribuyeron al accidente, la CIAIAC afirma que no hubo un aviso de configuración incorrecta porque el TOWS (sistema que alerta en estos casos) no funcionó.
A juicio de la comisión, la tripulación no llevó a cabo la acción de seleccionar los flaps/slats con la correspondiente palanca de mando, ni realizó la comprobación cruzada de la posición de la palanca y el estado de las luces indicadoras de esos dos elementos.
Tampoco comprobaron de forma visual la ejecución final correspondiente a la posición de los flaps/slats, tal como mostraban los instrumentos de la cabina de vuelo.
Aunque falló el funcionamiento del TOWS, el informe alude a la "inadecuada gestión" de los recursos por parte de la tripulación.
A la vista del análisis del accidente, la CIAIAC recomienda que se modifique el Manual de Vuelo vinculado al Certificado de Tipo de la aeronave para que se incluyan las instrucciones oportunas relativas al chequeo del TOWS.
El TOWS es el sistema de advertencia de configuración inapropiada para el despegue de los aviones de la serie MD-80 y está programado para que se alerte a los pilotos si los"flaps", los "slats" u otros elementos del avión no han sido correctamente seleccionados para el despegue.
Los flaps y los slats son unas superficies en las alas que emplean para las operaciones de despegue y aterrizaje.
El avión siniestrado procedía de Barcelona, donde había iniciado su jornada y se disponía a volar desde Madrid a Gran Canaria cuando tuvo el accidente, el 20 de agosto de 2008.
EL COMANDANTE DEL VUELO ACCIDENTADO DE SPANAIR DECIDIÓ NO UTILIZAR EL AVIÓN DE RESERVA
Asimismo, se señala en el informe que el comandante decidió no utilizar el avión de reserva que estaba preparado, pese a que el aparato accidentado tenía algunos problemas técnicos. El informe subraya que las acciones de mantenimiento "no lograron solucionar el problema de la aeronave, lo que, junto con la alta temperatura en el interior de la cabina y el retraso acumulado, pudieron crear en el comandante la necesidad de apresurrse".
Además, se aceptó el despegue del avión "existiendo dudas manifestadas por el copiloto sobre la posibilidad de realizar un despegue con selección de empuje automático".
El informe también destaca que la tripulación hizo uso de los teléfonos móviles durante las fases de preparación del vuelo y rodaje en la cabina, "con una tercera persona que viajaba en el transportín, contribuyendo a que la tripulación se distrajera de sus obligaciones de vuelo".