Es una de las obras de ingeniería más complicadas del último cuarto de siglo. El tercer túnel de la risa, el pasillo ferroviario de alta velocidad entre Atocha y Chamartín que discurre bajo el centro de Madrid ya está casi acabado y están colocando las vías. Este subterraneo tiene que sortear un nudo de líneas de Metro, conducciones de gas, electricidad y agua. Lo ha conseguido con éxito después de 3 años de trabajos.
Estos días se trabaja intensamente en la construcción del túnel ferroviario que unirá Atocha y Chamartín, conocido como el "tercer túnel de la risa".
Telemadrid les muestra esa gran obra de ingeniería que comenzó hace más de tres años y que ya está casi lista. Un túnel que cambiará las comunicaciones en el país al conectar la red de alta velocidad de toda España.
En Chamartín entramos en el primer túnel del AVE que atraviesa el centro de Madrid. Tiene en total 7 kilómetros de recorrido y 10 metros de diámetro. Para ello se han utilizado 27.300 dovelas de hormigón para recubrir su estructura.
En algunos puntos de su recorrido, el túnel transcurre a 55 metros de profundidad de la superficie.
Su trazado de norte a sur une las estaciones de Chamartín con Atocha, conectando la alta velocidad del norte con la del sur del país.
Pasa por debajo de ocho lineas de Metro, por debajo de la calle Serrano, del Jardín Botánico y de la mismísima Puerta de Alcalá.
Ha habido que salvar conducciónes de electricidad, gas y agua, aparcamientos públicos y hasta embajadas por el subsuelo, lo que ha planteado muchísimos problemas en su construcción según reconoce Violeta González, Jefe de Infraestructuras de ADIF.
La excavación del túnel se desarrolló en tan solo 9 meses. En estos momentos el túnel es un hervidero de trabajadores que se ocupan del montaje de las vías. Una vez montado los raíles, se rellenan para evitar vibraciones. Para ello irán embebidos en un material plástico que absorve las vibraciones para que así no pueda notarse en la superficie el paso de los trenes.
El túnel termina en Puerta de Atocha, donde encontramos el pozo de extracción. Se calcula que la construcción termine antes de finales de año.