Agentes de la Policía Nacional han detenido a un hombre como presunto autor de quince robos con violencia e intimidación después de que perdiera su teléfono móvil en uno de sus asaltos, según ha informado al Jefatura Superior de Policía de Madrid.
El ahora arrestado amenazaba a sus víctimas con un arma de fuego mientras llevaba a cabo los asaltos, cometidos en los dos últimos meses en establecimientos comerciales.
La investigación comenzó a mediados de agosto. Los agentes constataron la existencia de varias denuncias de robos con violencia en los que el autor responde a unas mismas características físicas y que, además, seguía un mismo 'modus operandi'.
En todos los casos, el atracador entraba en el establecimiento comercial armado con una pistola, de color negro, que extraía de una bolsa que siempre portaba encima. Con el arma intimidaba a las personas que se encontraban en el local mostrando, en algunos casos, su intención de disparar lo que aumentaba el miedo entre sus víctimas.
La descripción física de los testigos era siempre muy similar. Se trataba de un varón de complexión delgada y no muy alto además de llevar el pelo largo que siempre recogía en una coleta. En la mayoría de los casos se tapaba la cara con gafas de sol y siempre huía a pie del lugar de los hechos. Las pesquisas llevaron a los agentes a identificar a J.G.M.A., de 47 años.
EL MÓVIL, LA PRINCIPAL PISTA
En plena investigación los agentes tuvieron conocimiento de un nuevo atraco, similar a los anteriores, que se produjo en el distrito de Carabanchel aunque en este caso el autor iba camuflado con una peluca.
Cuando se personaron en el establecimiento los investigadores encontraron un teléfono móvil que, según los testigos, se le había caído al atracador. Con la preceptiva orden judicial se intervino el terminal telefónico lo que permitió a los agentes corroborar sus sospechas.
El teléfono pertenecía al detenido que fue identificado por los testigos de los quince robos con violencia. En los posteriores registros, los investigadores incautaron una pistola detonadora, pero manipulada para realzar fuego real, además de siete cartuchos detonadores, un cartucho de 9 mm y una pistola de balines de color negro.
La investigación ha sido desarrollada por los Grupos XII y XIII de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Brigada Provincial de Policía Judicial, pertenecientes a la Jefatura Superior de Policía de Madrid.