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El técnico del Samur-Protección Civil Jesús Jiménez ha ratificado ante el juez que en la madrugada del 1 de noviembre de 2012 halló desatendidas a tres jóvenes que permanecían en parada cardiorrespiratoria en la enfermería del recinto Madrid Arena, según los abogados de las víctimas.

Madrid Arena, propiedad del Ayuntamiento de Madrid, fue en esa fecha escenario de una tragedia cuando una avalancha humana en medio de una fiesta de Halloween ocasionó la muerte de las jóvenes Belén Langdon, María Teresa Alonso, Katia Esteban, Rocío Oña y Cristina Arce.

Hoy, en su comparecencia judicial de dos horas de duración, Jiménez ha corroborado el informe del supervisor de guardia del Samur-Protección, Antonio San Juan, ante el titular del Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, Eduardo López-Palop, que investiga la muerte de las cinco jóvenes.

Abdón Núñez, el abogado de la familia de Belén Langdon ha dicho que el técnico del Samur, uno de los primeros en llegar al recinto la noche de los hechos, ha detallado que en la labor de asistencia a tres de las víctimas, en el botiquín del pabellón, no se usó desfibrilador ni se empleó adrenalina ni se practicó el masaje cardiopulmonar.

El testigo ha corroborado que el médico Simón Viñals, responsable de la asistencia médica en el Madrid Arena, "no hizo nada" para atender a las víctimas, puesto que estaba en la puerta de entrada, vestido de traje y sin una gota de sudor.

El juez le ha leído al testigo el informe del supervisor de guardia del Samur-Protección Civil y le ha preguntado si las niñas estaban sin atender, si nadie practicaba la reanimación cardiopulmonar, si no tenían vías y si el doctor Viñals estaba desentendido de ellas, a lo que ha respondido taxativamente sí.

Núñez ha estimado que no hubo "mala praxis" por parte de los doctores Simón y Carlos Viñals encargados de la asistencia médica en el Madrid Arena, sino que "no hicieron nada" para atender a las víctimas.

Por su parte, José Crespo, el abogado de los Viñals, ha opinado que hoy se ha puesto de manifiesto que el documento de impresiones que elaboró el médico San Juan se hizo "con absoluta ligereza" y dentro del "terreno de la temeridad".

Jiménez ha reconocido que ninguno de los miembros del equipo de San Juan formuló ninguna pregunta a Simón Viñals ni a su equipo sobre cuáles eran las maniobras de reanimación cardiopulmonar que habían realizado con anterioridad a su llegada.

Los miembros del Samur-Protección Civil comenzaron su actuación sin saber qué era lo que había hecho Simón Viñals, según Crespo, quien ha recalcado que "ellos hablan de lo que vieron cuando llegaron a la enfermería" y que "la actuación que tuvieron fue de escasos minutos hasta que llegó la Unidad de Soporte Vital Avanzado del Samur, que le dio el relevo definitivo al equipo de Viñals.

Hoy también están citadas a declarar como testigos por el juez otros dos miembros del equipo del Samur, la técnico Carmen Álvarez y la psicóloga de guardia Teresa Pacheco.