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Las visitas de la policía a locales de ocio durante este fin de semana han revelado dos casos de empresarios nocturnos que se saltan la ley. Se trata de dos salas que habían sido ya sancionadas con órdenes de cierre, Stella y Monnalisa, y que los agentes encontraron abiertas al público.

Una de ellas, además, con más aforo del máximo permitido. Así lo comprobaron agentes de la Unidad Integral del Distrito de Centro de la Policía Municipal la madrugada del viernes al sabado. Ya hay denuncia penal para el dueño.

La sala Monnalisa se encuentra en la calle de Núñez de Arce, 8, entre las zonas de marcha de Sol y Huertas. Los policías llegaron a las 2.42 horas. El local debía estar cerrado. Sobre el pesaba una orden de cierre fechada el 7 de mayo, por un periodo de seis meses y un día.

En el local, saltánsode sel precinto, la policía municipal llegó a contabilizar 89 personas en su interior. Ya una semana antes había sido precintado por presentar sobreaforo tras sendas inspecciones realizadas, según han indicado fuentes municipales.

Ante el quebranto de la orden de precinto, el Ayuntamiento de Madrid ha cursado una denuncia penal contra los responsables del negocio.

La otra sala de fiestas que este viernes se saltó la orden de cierre es la sala Stella, situada en la calle de Arlabán, 7, sobre la que pesaba una orden de precinto desde el pasado 31 de julio, cuando la sala tuvo que ser desalojada al sobrepasar su aforo autorizado.

"La idea es rondar este año sobre el 99 y cien por ciento de los locales", explicó Núñez para recalcar que también hay campañas específicas de inspección en determinados momentos del año, como es el caso de fin de año, en el caso de determinados locales de grandes aforos.