¿Cómo se encuentran las víctimas? Una no sale a la calle. Otra se ha ido de Madrid. Y es que caer en manos de un pederasta deja huella a los niños y a los padres. Las familias aseguran que "solo quieren olvidar".
Las pequeñas ya no salen a jugar a la calle como antes, los padres de la primera víctima se la llevaron a Canarias tras el suceso, después volvió al colegio intentando recuperar la normalidad y otra ya no visita la tienda del barrio a la que solía ir. Todas las familias intentan lo mismo, " olvidar lo ocurrido",pero, ¿es correcto?
Tras un secuestro o un abuso las secuelas para los padres y los menores son enormes.
Existen dispositivos para tener más controlados a los niños, como relojes con GPS, muchos padres se sienten más seguros.
Es importante que los menores no tengan miedo, pero sepan cómo actuar.