Como cada año, la sangre de San Pantaleón ha vuelto a pasar de estado sólido a líquido en el monasterio de La Encarnación de Madrid. Desde primera hora de la mañana el templo se llenaba de fieles para presenciar el milagro.
La reliquia está protegida por una vitrina y puede ser observada en dos pantallas de televisión situadas a ambos lados del altar.
Como cada 27 de julio, son miles de ciudadanos los que se acercan hasta el monasterio para contemplar con curiosidad o devoción el proceso de licuación de la sangre del santo. Ocurre desde hace cuatros siglos, todos los 27 de julio.
San Pantaleón, médico de profesión, es el centro de las peticiones de muchos ciudadanos relacionadas con la salud.
Dicen las tradiciones, que el año en que la cápsula con su sangre no se ha licuado en esta jornada, acaecieron desgracias, pero los más expertos aseguran que eso sólo es una leyenda de base italiana que no responde a la tradición de San Pantaleón.
Pese a todo, este año de crisis, el santo ha echado una manita... Su sangre se convirtió en líquido conforme a la tradición que se venera.