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"Todas las prostitutas son víctimas de trata, ¡eso es mentira!", exclama un grupo de trabajadoras de sexo del polígono industrial de Marconi de Madrid que, ataviadas con escobas y guantes de fregar, han protagonizado un acto reivindicativo para "limpiar" la calle de éste y otros "prejuicios".

María Fernanda llegó desde Ecuador a España en el 2.000 y hace siete años empezó a ejercer la prostitución en nuestro país, concretamente en este polígono del madrileño distrito de Villaverde, donde denuncia que cada vez hay más presión policial. "Estamos muy acosadas por las leyes, es algo que vemos injusto porque no estamos siendo obligadas a trabajar como prostitutas, estamos libres", asegura.

En Marconi hay alrededor de 200 prostitutas, de las cuales un total de 79 han sido denunciadas por la policía desde la entrada en vigor de la Ley de Seguridad Ciudadana (con la que también se ha multado a 189 clientes de la zona), fundamentalmente por ejercer su trabajo en lugares próximos a menores.

"La zona del polígono de Marconi ha sido la más afectada y castigada por la 'ley mordaza'", declara Silvia García, portavoz del colectivo Hetaira que trabaja en defensa de los derechos de las prostitutas y que ha estado presente en el acto reivindicativo.

Precisamente la derogación "inmediata" de esta ley es una de las reivindicaciones de la Agrupación Feminista de Trabajadoras del Sexo (Afemtras), una asociación creada recientemente por las prostitutas de Marconi y que ha organizado la acción celebrada hoy en el polígono.

Más de una decena de trabajadoras del sexo han hecho trizas y tirado a bolsas de basura carteles con frases como 'Hay que multar a los clientes para salvar a las mujeres prostitutas', 'Todas (las prostitutas) son víctimas de trata', 'Si una mujer es puta no puede ser buena madre' o 'Las prostitutas son las que ensucian la calle'.

Al grito de "¡Eso es mentira!" han expresado su rechazo a algunos de estos "estigmas" y "prejuicios" que, en su opinión, todavía perviven en la sociedad. "Con voluntad política podríamos contar con un espacio donde poder trabajar tranquilas, sin molestar pero también sin ser molestadas. Convivencia y respeto, negociación de espacios ya", ha reclamado una de las prostitutas en la lectura del manifiesto.

Y es que uno de los principales problemas a los que tienen que enfrentarse es la "falta de convivencia" y los insultos que afirman recibir por parte de los vecinos de la Colonia de Marconi (un conjunto de casas de menos de 15 años de antigüedad ubicadas junto al polígono industrial).

"Es comprensible su enfado pero no es comprensible su insulto", sostiene Dayana, originaria de Ecuador pero que lleva ya 25 en España, donde ha obtenido la nacionalidad.

Mariela, nacida también en Ecuador y que empezó a ejercer de prostituta en Marconi hace doce años, acusa a los vecinos de "machacarlas" con sus quejas, que suelen centrarse en el "daño" que su presencia puede provocar en los menores de edad. "Dicen que no les parece bien y que deberíamos buscar otro sitio, pero nosotras siempre hemos tratado de llegar a un acuerdo", sostiene.

Ecuador es el país de origen de la mayoría de las prostitutas de Marconi como Antonella, que subraya en línea con el acto reivindicativo que "las calles hay que limpiarlas de prejuicios porque de basura están limpias".

Sin embargo, un jardinero que acude a trabajar a Marconi con frecuencia dice que el polígono suele estar "muy sucio", ya que es habitual encontrar preservativos y pañuelos de papel en los aparcamientos.

Uno de los pocos vecinos que pasea a mediodía por las calles de la Colonia Marconi, donde vive desde hace 16 años con sus tres hijos (dos de ellos menores de edad), afirma que no siente ninguna molestia por la presencia de prostitutas porque "son personas", aunque no está de acuerdo con la manera en la que ejercen su trabajo.

"En la calle no tendrían que estar", comenta, al tiempo que se muestra partidario de "legalizar la prostitución", ya que opina que casi todas las trabajadoras del sexo están "engañadas" por mafias.

En el barrio de San Cristóbal, una zona más alejada del polígono de Marconi, otro vecino cree que es "muy desagradable" ver a las prostitutas "expuestas" en la calle, aunque en su caso no se ha topado con ninguna en los alrededores de su vivienda. "Si lo hubiera visto, hubiera protestado", sostiene en mitad del debate en torno a una de las profesiones más antiguas del mundo.