En el campo, lejos del estres de la ciudad se trabaja al otro ritmo y alli sobreviven viejos oficios que, apelando al valor de lo artesanal, sobreviven a los tiempos.
Es el caso de Ricardo, herrero desde hace más de medio siglo en Alameda del Valle. Nos ha mostrado cómo es su trabajo. Por cierto, los fines de samena da cursos de forja.