Un total de veinte conventos de clausura comercializarán hasta el próximo domingo en el municipio madrileño de Alcalá de Henares productos artesanales que han dado fama a las distintas órdenes religiosas durante siglos.
Suspiros de monja, yemas de Santa Teresa, tocinos de cielo, huesos de santo, glorias, corazones de obispo u orejas de fraile son algunos de los dulces más conocidos elaborados entre las paredes de los monasterios españoles.
Los productos de repostería, incluidos los dulces navideños, como turrones o polvorones, así como quesos, aceites, licores tradicionales y productos cosméticos, fabricados con ingredientes naturales, constituyen la principal oferta de la Feria de Artesanía Monacal que acoge la ciudad complutense.
Con una representación de los artículos más reputados de órdenes religiosas procedentes de toda la geografía nacional, la plaza de Cervantes de la ciudad complutense se convertirá durante este fin de semana en un lugar para la tentación.
Allí, en diferentes puestos, podrá encontrarse una muestra de postres locales tan apreciados como las almendras garrapiñadas o las rosquillas de Alcalá, que pueden adquirirse también durante todo el año en el Convento de las Clarisas.
A la feria llevarán también sus productos las monjas carmelitas, bernardas, benedictinas, franciscanas o calatravas, entre otras órdenes religiosas.