Un preso de la cárcel de Valdemoro se emborrachó el pasado día 15 en una salida terapéutica para visitar el Museo del Prado y después se paseó semidesnudo por el parque del Retiro. De regreso a la prisión debió ser ingresado en la Enfermería del centro por temor a que entrara en coma etílico, ha informado la Agrupación de Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip)
La ingesta del vino se produjo en una comida en un restaurante después de visitar la pinacoteca. Según ha explicado el sindicato de funcionarios de prisiones, el interno, probablemente ayudado por otro, aprovechó que el restaurante estaba muy lleno para pedir muchas botellas. Previamente, los trabajadores del centro habían advertido al camarero, que había atendido la mesa, que no sacaran más vino.
A eso de las 18 horas, después de que la comitiva, compuesta por cinco trabajadores y 16 presos saliera de comer de un céntrico restaurante de la capital y llegar al Retiro, el preso se bajó los pantalones y miccionó en el conocido parque.
"Debieron ser sus propios compañeros de internamiento los que pusieran un poco de orden, subiéndole los pantalones y evitando un escándalo mucho mayor. Fueron los otros internos, a requerimiento de los funcionarios, los que se encargaron de que el preso regresara a la cárcel montándole en el autobús, pues en esos momentos ya había perdido totalmente el control sobre su persona, llegando a vomitar dentro del vehículo", ha indicado Acaip. Debido a la intoxicación etílica, el reo estuvo ingresado en la enfermería del centro durante más de 16 horas.
La dirección del centro ha cambiado de módulo al interno y ahora le espera una sanción disciplinaria por su comportamiento indecoroso en la salida terapéutica. La sanción implica posible pérdida del trabajo que realizaba en uno de los talleres del centro, informa el sindicato.
SANCIÓN PARA EL INTERNO
Por su parte, un portavoz de Instituciones Penitenciarias ha confirmado a Europa Press que el interno se emborrachó en la comida y luego tuvo que se internado. No obstante, ha indicado que el informe de la Dirección del Centro abierto tras los hechos no recoge que el interno realizara los comportamientos incívicos descritos anteriormente.
Las mismas fuentes han señalado que el interno será sancionado como corresponde y que no volverá a disfrutar de una de estas salidas. Además, han recordado que es la primera vez que ocurre un hecho de estas características en una salida programada de internos de la cárcel de Valdemoro.
No obstante, la Agrupación de Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias ha manifestado que el año pasado dos internos del Centro Penitenciario de Aranjuez salieron a leer el Quijote al Círculo de Bellas Artes. "Regresaron tan borrachos al Centro Penitenciario que tuvieron que pasarse varias horas en observación en la enfermería del Centro. Al parecer alguien les invitó a la degustación del cóctel que se daba para la ocasión", ha indicado.
El sindicato califica de "despilfarro" que se lleve a comer a los presos a un restaurante en estas salidas y no entiende su sentido terapéutico, puesto que aseguran que la mayoría de los que salieron el día 15 ya disfrutan de permisos ordinarios de salida.
"Tampoco entendemos qué sentido tiene llevar al Museo del Prado a presos que cuando cumplan condena pueden ser expulsados a su país, como puede ser el caso del interno exhibicionista. Tal vez por ese motivo aprovechó para emborracharse, demostrándonos que la reinserción y la rehabilitación le importan muy poco", ha señalado.
Por eso, la Acaip indica que se podían haber llevado bocadillos y botellas de agua mineral de la cocina del centro penitenciario o que hubieran vuelto al centro a mediodía tras visitar el Museo.
"Para muchos trabajadores de prisiones es indignante ver cómo se despilfarra el dinero en actividades lúdicas para los internos sin que nadie fiscalice esos gastos que en algunos casos llegan a ser desorbitados", ha concluido el sindicato de prisiones.