Habitualmente con sprays, trazos en paredes, mobiliario urbano e incluso autobuses y metros. Lejos del arte, llegan a colgar sus hazañas en internet, pero si una patrulla de la policía de Madrid avisa de daños producidos por un graffiti o pintada, los agentes del servicio de documentoscopia forense se desplazan hasta allí.
Una veintena de expertos en grafística que analizan desde la altura hasta las peculiaridades de la pintura y escritura para poder a determinar su autoría. Ya frente al ordenador, se realiza un minuciosos estudio; grafitis pictóricos, firmas, mensajes e incluso amenazas pasan a formar parte de una base de datos en la que hay más de un centenar de informes detallados
En ese caso, se suma el coste de los daños producidos por los graffitis y pintadas, y lo que en principio es una falta de daños puede llegar a ser delito. Ya hay 28 personas imputadas gracias a los trabajos y estudios de esta unidad.