Los agricultores se sienten asfixiados. La subida del precio del petróleo y el impuesto al gasóleo que planea el gobierno hacen que la actividad se esté volviendo inviable.
El encarecimiento del petróleo supone un gran trastorno en la actividad debido a la dependencia de este. En una única jornada un tractor puede consumir 250 litros de diesel, lo que supone 200 euros de gasto en cada jornada que los agricultores lo necesiten.
Los agricultores piden al gobierno sensibilidad con el objetivo de poder desarrollar su actividad profesional en un sector que conlleva muchos costes.