Dos nuevos puentes decorados con mosaicos que representan a 50 vecinos madrileños conectan ya los distritos de Arganzuela y Usera a la altura del Matadero, superando así la barrera física que supone el río Manzanares en esta zona de la capital. El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, ha visitado hoy las obras de los puentes del Matadero y del Invernadero, diseñados por el equipo Madrid Río-West 8 y donde "se combina lo funcional con lo artístico", convirtiendo así a estas nuevas infrestructuras en "iconos del nuevo paisaje urbano" de la zona.
El puente del Invernadero está ya abierto para los ciudadanos, mientras que el de Matadero deberá esperar hasta "final de año o enero", cuando gran parte del proyecto de Madrid Río esté culminado. Eso sí, durante La Noche en Blanco (11 de septiembre) también se podrá visitar, y cuando concluya el proyecto se podrá pasar directamente desde el Matadero al río a través de una nueva puerta que se abrirá en su tapia posterior.
Los puentes gemelos son dos tableros con una anchura máxima de 8,5 metros en los estribos y 4,5 metros en el centro del vano que cuelgan de las bóvedas a las que están unidos a través de 136 cables de acero. Para su construcción fue necesario hacer una península artificial de tierra dentro del río donde apoyar los micropilotes, si bien esa superficie fue retirada al concluir las obras de ingeniería.
Así, vistos desde la orilla del río, parecen dos franjas de tela que, ancladas al suelo, se hinchan con el viento. Además, la abertura en sus lados permite contemplar el río, protegidos eso sí por barandillas de madera.
BOVEDAS DE MOSAICOS
En su interior, las bóvedas están decoradas con unos mosaicos creados con 6,6 millones de teselas de vidrio reciclado colocadas manualmente donde se plasma la imagen de 50 ciudadanos anónimos de los más de 150 voluntarios que se presentaron para posar ante Daniel Canogar, el artista madrileño que ha alumbrado esta idea. Así, un profesor que lleva más de 80 años viviendo en Legazpi, una pareja de enamorados, un padre con sus hijos haciendo escalada o incluso una mujer acompañada por su perro serán ya los protagonistas eternos de estos puentes, en los que "lo útil es bello y lo necesario, artístico", en palabras del primer edil.
Para construir los mosaicos, Canogar fotografió a los modelos colgando de una grúa con unos arneses, para obtener los escorzos que dieran la sensación de ingravidez que quería plasmar en la obra, que tiene el nombre de 'Constelación'. A partir de los píxeles de las fotografías digitales ampliadas el artista creó el modelo en teselas. "Hemos unido las nuevas tecnologías con los mosaicos romanos o bizantinos", ha explicado durante la visita.
"Ha sido muy emocionante participar en este proyecto. Yo soy un arista madrileño, y dejar una huella para siempre en mi ciudad es un honor tremendo", ha reconocido Canogar, a quien acompañaban parte de su equipo y algunos de los modelos voluntarios, "auténticas estrellas de este espacio público".
Para Gallardón, esta iniciativa supone "una metáfora preciosa que expresa el paralelismo entre los vínculos afectivos que cada uno crea hacia otras personas y hacia la ciudad, y los vínculos que crean estos puentes para salvar barreras y obstáculos". "De nosotros depende superar las barreras mentales, pero en las administraciones está superar las físicas. Estos puentes nos ayudarán sin duda a superar las barreras mentales, que son las más importantes", ha apostillado.
En total, la construcción de estos dos nuevos pasos ha supuesto la inversión de 3,9 millones de euros, cofinanciados a partes iguales entre el Ayuntamiento y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional.
MADRID RIO
En definitiva, estos dos nuevos pasos beneficiarán a los más de 300.000 vecinos de Arganzuela y Usera, además de facilitar la conexión entre las instalaciones culturales de Matadero e Invernadero con el tramo de Salón de Pinos que hay entre el puente de Praga y el Nudo Sur, donde se han plantado ya 745 árboles y 3.700 arbustos.
Y es que el objetivo del proyecto M-30-Madrid Río ha superado ya el primer objetivo de eliminar de la superficie los 200.000 coches que circulaban diariamente por la vía de circunvalación, así como los problemas de ruido y contaminación que generaban, y ahora busca acabar con el aislamiento entre distritos. Para ello, el Consistorio ha planificado una red de pasos que "neutralice el efecto barrera del propio cauce" del Manzanares, una red de 5,8 kilómetros en la que se incluyen 33 pasos, incluyendo el de Reina Victoria, que no se ha tocado.
De ellos, algunos han sido mejorados (puentes históricos del Rey, Segovia y Toledo), otros han sido adaptados para el uso peatonal y ciclista (como la Princesa o San Isidro) y algunos más han sido reconvertidos (como algunas presas).
Asimismo, se han construido algunas pasarelas ligeras y puentes de carácter singular, como el de 'Y', el de Dominque Perrault (aún en ejecución) y los dos puentes gemelos inaugurados hoy. En total, 22 de estos pasos están ya operativos, para beneficiar a más de un millón de madrileños.
Así, el río tiene ya 832.000 metros cuadrados de parques, 8.360 árboles, 104.000 arbustos, nueve kilómetros de itinerarios ciclistas, diez de itinerarios peatonales y once áreas de juegos infantiles. El fin de la reforma de la zona, de 6,9 millones de metros cuadrados, está prevista para la próxima primavera.
"Queremos que el Manzanares deje de ser un límite o una frontera para convertirse en un vínculo que una el interior de la almendra central con otros distritos que hace tiempo que dejaron de ser periferia para ser parte de un Madrid reequilibrado territorial y medioambientalmente", ha concluido Gallardón, recordando que la operación no ha generado "ni un metro cuadrado de nuevo ladrillo para financiar el proyecto" y que sólo ciudades como Bilbao o Berlín han sufrido una transformación urbanística similar.