La nueva ordenanza municipal sobre el ruído, pendiente aún de aprobación, endurecerá las condiciones para los músicos callejeros. Si la anterior se prohibía el uso de instrumentos amplificados o de percusión, el articulo 41 de la nueva dice expresamente que no se pueden utilizar con independencia de si están amplificados o no.
La policia municipal podrá requisar los instrumentos, con multas además de hasta 750 euros. El ayuntamiento podrá autorizar actuaciones temporales en zonas especialmente delimitdas previa comprobación de que son compatibles con el descanso u otras actividades de los ciudadanos.
La oposición municipal, tanto IU como PSOE, considera que hay que conciliar esta música con el derecho al descanso de los vecinos pero califican la ordenanza municipal de cacicada autoritaria, creen que criminaliza a los músicos callejeros y es excesivamente dura con ellos.
El concejal socialista responsable de Medio Ambiente, Pedro Sentín, ha señalado que la nueva norma "criminaliza a los artistas callejeros que pasarán a ser considerados delincuentes clandestinos a los que se podrá poner multas de hasta 750 euros".
Esta persecución "no tiene precedentes en ninguna capital europea" y, por otro lado, es "una cacicada autoritaria" por parte del Ayuntamiento.
Por su parte, Raquel López, portavoz de Medio Ambiente de IU, ha explicado que "este endurecimiento de las condiciones para poder tocar en la calle hasta llegar a su práctica desaparición, implica que el concepto de música callejera para el equipo del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, no tiene nada que ver con la cultura y sí mucho con las molestias".
"Estamos seguros de que las denuncias de los vecinos porque se toque e la calle son mínimas comparadas con otras, contra las que se actúa con mayor timidez o, simplemente, no se actúa", dijo López.