Los joyeros no pueden más. Los atracos son "el pan suyo de cada día" y sufren -además- la competencia poco leal (a veces) de algunos "Compro Oro" donde se da salida a joyas robadas con escaso control como denuncia el Gremio de Joyeros hemos podido comprobar en pleno centro de Madrid.
Es la otra cara de este mundo del oro que, en plena crisis, asiste a la venta de todo, incluso, de las alianzas matrimoniales. Y donde, sin escrúpulos, (lo hemos comprobado) en ocasiones, se engaña a quienes acuden, desesperados, por pura necesidad.