La mujer asesinada no había denunciado a su pareja. En otros casos hay denuncia pero la víctima la retira incluso el mismo día. Las que llegan a juicio al final mienten o se callan para que su presunto maltratador no vaya a la cárcel. Es lo que hacen 8 de cada 10 mujeres. Nos lo cuenta una jueza de Madrid especializada en violencia de género.
Lleva ya muchos juicios. Caulquier detalle por pequeño que sea tiene un significado en esta sala. Paloma Marín, jueza violencia doméstica, sabe lo que es el miedo en un gesto o en una mirada. Lo ve en las víctimas de los malos tratos que mienten o callan cuando llegan aquí. También, en algunos casos, se comportan así porque siguen con su maltratador.
Pueden hacerlo. La ley no obliga a un testigo a declarar en contra de un familiar. La solución que propone es que se retire ese privilegio a las víctimas de los malos tratos.
La víctima es la principal prueba para condenar. Su silencio, en estos casos, beneficia al agresor, que acaba absuelto.