Cinco mil ovejas, la mayoría de la sierra, han desfilado esta mañana por el centro de la capital para celebrar la Fiesta de la Trashumancia. Les han acompañado esta vez, entre los semáforos, más de 50 vacas. Una imagen, desde luego, inusual.
Cachavas, zahones, carromatos y pendones han regresado hoy a Madrid junto con miles de ovejas, vacas y caballos que han recorrido las principales calles de la ciudad para reivindicar la vigencia de la trashumancia y las cañadas reales.
Dando voces por la calle Mayor, Tomás, un pastor "de los de antes", controlaba con la ayuda de sus perros un rebaños de un centenar largo de ovejas que marchaba disciplinado camino de la Puerta del Sol.
Un poco más allá, Macarena, una madrileña de 10 años, intentaba controlar a su caballo, que se removía inquieto por los constantes parones de la marcha y los resbalones con los adoquines de la calle.
"Yo no quiero pisar a nadie, pero es que son muchos y se juntan mucho a los caballos", dice preocupada por los cientos de madrileños y turistas que se agolpaban a ambos lados de la calle e incluso se lanzaban entre los animales para hacerles fotos.
"¡Eh, apartarse, que no son coches!", gritaba Gonzalo abriéndose paso a voces desde lo alto de su caballo, en el que viene desde Navacerrada para participar en esta Fiesta de la Trashumancia que ya va por su XVIII edición y que pretende reivindicar los derechos de paso, conservación y acondicionamiento de las cañadas para el ganado.
Así, a las 10.00 horas han comenzado un recorrido desde la Casa de Campo al Puente del Rey y han subido por el Parque de Atenas y la Cuesta de la Vega hasta la catedral de la Almudena y la calle Mayor.
Tras una parada para reagruparse en la Puerta del Sol, los pastores y caballistas han seguido cañada abajo hasta Cibeles y, por la calle de Alcalá hasta la plaza de toros.
A su paso por la Plaza de la Villa, y siguiendo la tradición, han entregado a un represente del Ayuntamiento los 160 maravedíes que establece como pago para el paso de 3.200 ovejas por esta cañada una Concordia firmada en 1418 entre los Hombres Buenos de la Mesta de los Pastores y los Procuradores del Concejo de la Villa de Madrid.
El organizador y promotor de esta iniciativa, Jesús Garzón, de la asociación Trashumancia y Naturaleza, ha defendido la importancia de preservar las tradiciones, promover la ganadería y animar a los jóvenes a tomar el relevo al frente de los rebaños.
Este evento no sólo sirve para mantener vivas las tradiciones de la trashumancia, también se renueva la costumbre de componer largos romances en verso, como demuestra el arranque de uno que recitaron anoche, mientras acampaba en la Casa de Campo:
"Catedral de la Almudena/ quién te lo iba a decir/ que verías las tudancas/ paseando junto a ti".
Así comienza un largo romance sobre el periplo de esta vacas típicas de Cantabria compuesto por un mozo de Ibio, una localidad representada en Madrid no sólo por varias cabañas de vacas, sino por decenas de montañeses que avanzaban al ritmo del tambor y el pandero.
Según Garzón, el paso del ganado por Madrid es una más de las decenas de travesías que la asociación está coordinando estos meses por toda España en un intento de mantener abiertas y en buen estado los 125.000 kilómetros de vías pecuarias de España.