La magia dará el salto a las aulas universitarias durante el próximo curso, cuando el Real Centro Universitario María Cristina de San Lorenzo del Escorial (Madrid) estrene la primera titulación de este tipo en Europa de la mano del mago Fernando Arribas, director académico de los estudios.
El ilusionista vallisoletano ha explicado, en declaraciones , que se trata de un programa universitario con una duración de tres años que se impartirá durante un fin de semana de cada mes y que incluye todas las ramas del ilusionismo.
"Se pretende que los alumnos adquieran conocimiento de todos los aspectos que debe tener un buen mago", ha detallado Arribas, quien ha informado de que la titulación incluye clases de teatro, interpretación, iluminación y de historia y filosofía de la magia, entre otras.
"La mayoría de los magos creemos que el ilusionismo tiene una lógica paralela a la que el público está viendo", ha indicado el mago, quien ha reivindicado la correcta formación de los magos para dar valor a la magia.
El profesorado lo componen treinta profesionalesque son "primeras varitas en el mundo de la magia" como el francés Jeff Toussant, el argentino Mad Martín o Francisco Aparicio, ha detallado.
El director académico ha explicado que hay dos vías para acceder a los estudios por un lado los estudiantes que hayan superado selectividad, a los que tras los tres años de formación se les otorgará un título superior universitario, y los que no hayan aprobado la selectividad podrán obtener un certificado de ilusionismo.
La asistencia a las clases será obligatoria mientras que no lo será en el caso de los talleres prácticos, ha explicado Arribas quien ha recordado que las clases comenzarán el 18 de octubre.
Las primeras inscripciones ya se han realizado aunque habrá que completar un número mínimo de alumnos para poder desarrollar el programa universitario de ilusionismo "Wenceslao Ciuró", nombre que se ha dado a los estudios en honor al ilusionista español.
"En la magia hay mucho más de lo que los ciudadanos piensan", según Arribas, para quien la interpretación del mago, su mirada y otros aspectos como la iluminación influyen en el buen desarrollo de un truco.
La afición es lo primero que se necesita para ser un buen ilusionista, según el mago vallisoletano, que ha indicado que la práctica también es necesaria en el arte del ilusionismo que cuenta con 5.000 años de historia.