La finalización de los contratos de renta antigua pone en peligro a 35.800 locales de la región. La extinción de este tipo de contratos el 31 de diciembre de 2014 permitirá a sus propietarios negociar un nuevo contrato de alquiler a precio de mercado. "Muchas personas se verán obligadas a cerrar el negocio familiar en el que llevan toda la vida", dicen desde la Asociación Madrileña de Trabajadores Autónomos. La Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) calcula que unos 179.000 trabajadores perderán su empleo.