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El intercambiador de Príncipe Pío expone desde este miércoles el Madrid de hace 15 millones de años a través de una muestra en la que se podrán ver los restos paleontológicos aparecidos en las últimas obras de remodelación del intercambiador, que tuvieron lugar entre los años 2005 y 2007.

El vicepresidente y consejero de Cultura y Deportes de la Comunidad, Ignacio González, ha inaugurado la exposición, que mostrará de manera permanente estos restos en el vestíbulo del intercambiador, y que constituyen --por la antig~edad y diversidad de restos encontrados-- uno de los yacimientos más importantes de la región.

Durante los trabajos de construcción del intercambiador de transportes de Príncipe Pío y al excavar los sótanos y los túneles de acceso próximos a la Puerta de San Vicente, se hallaron un importante yacimiento paleontológico y varios conjuntos de estructuras arqueológicas.

Los viajeros que utilicen el intercambiador podrán observar en un pequeño espacio expositivo un panel de grandes dimensiones con una reconstrucción de los ejemplos de vida faunística y florística existentes en el Mioceno medio, realizada por el ilustrador científico Mauricio Antón.

Unas vitrinas mostrarán réplicas de cráneos fósiles aparecidos durante la excavación. A continuación, en el mismo panel, se muestran imágenes de la Estación del Norte desde sus orígenes, junto con la evolución del urbanismo de la zona en planos de diferentes épocas y fotografías de los hallazgos de las cimentaciones que han permitido en la actualidad, interpretar la arquitectura y los usos de la zona en el pasado.

Coordinados con la empresa de ejecución de los trabajos y autorizados por la Dirección General de Patrimonio Histórico, los científicos se encargaron durante algunos meses de excavar, documentar y recuperar los hallazgos.

FLORA Y FAUNA DEL MIOCENO MEDIO

El yacimiento paleontológico de Príncipe Pío, que se localizó en el segundo sótano del intercambiador, data del Mioceno medio y tiene una antig~edad de entre 15,6 y 14,1 millones de años. En aquel periodo, el Mioceno medio, el clima era cálido y seco en lo que hoy es el oeste de la ciudad de Madrid, y los animales habitaban en un territorio abierto parecido a una sabana actual.

Entre la fauna encontrada, más de 3.000 restos fósiles, destaca por su abundancia el rinoceronte 'Hispanotherium' matritense, que tenía unas patas largas y gráciles adaptadas para la carrera aunque probablemente carecía de cuernos.

En la excavación, y en el posterior estudio en el laboratorio, también se han determinado fósiles pertenecientes a otras especies como tortugas gigantes, mastodontes y jabalíes, además de ciervos almizcleros y otros rumiantes. Asimismo se han identificado diferentes carnívoros, entre los que resultan muy llamativos los restos del mustélido 'Magerictis imperialensis'.

Los mustélidos agrupan animales tan diversos como las nutrias, las comadrejas o los tejones, pero 'Magerictis' está emparentado con las formas más antiguas de pandas rojos que viven en el sudeste de Asia. De esta especie sólo se había encontrado un diente en el yacimiento de Estación Imperial, a menos de 2 kilómetros al sur de Príncipe Pío.

Los restos de fauna de microvertebrados que se han localizado integran algún lagomorfo (una forma similar a las pikas actuales), además de glíridos (familia de los lirones) y cricétidos (hámsters de ambientes abiertos, posiblemente áridos y cuya alimentación era omnívora o granívora).

HALLAZGO DE LA CASA DEL PRINCIPE

Durante la construcción del Intercambiador de Príncipe Pío también se han localizado estructuras arqueológicas, en este caso pertenecientes a las cimentaciones del Asilo de las Lavandera (también conocido como Casa del Príncipe) y de las sucesivas fuentes monumentales instaladas en este espacio de la ciudad desde al menos el siglo XVII.

La Casa del Príncipe se comenzó a edificar el día 9 de julio de 1871, momento en el que los Reyes, Amadeo I y María Victoria colocan la primera piedra tal y como queda reflejado en un acta notarial: "ha de levantarse en el punto que ocupaba la antigua fuente del Miñote en la plazoleta de San Vicente para recoger a los hijos de las lavanderas pobres del Río Manzanares durante las horas del día que ocupan a su faena". Este edificio fue destruido durante la Guerra Civil.

La cimentación de la Fuente de los Mascarones presentaba una planta circular de 16 metros de diámetro. El origen de las fuentes en este espacio urbano de Madrid se debe a las remodelaciones impulsadas por Felipe II y proyectadas por Juan Gómez de Mora en el siglo XVI