La nueva iluminación de la Puerta de Alcalá consume lo mismo que la de dos hogares frente a los 27 de la anterior, como ha comprobado la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, al visitar el monumento.
La iluminación ahora es más eficiente, duradera, versátil y programable. Es de tecnología LED y permitirá una reducción del consumo de energía superior al 90 por ciento.
La actuación, enmarcada en los proyectos financieramente sostenibles que el Ayuntamiento realiza con cargo al remanente de tesorería, ha costado 192.222 euros, frente a los 250.000 euros presupuestados en la licitación del proyecto.
La nueva instalación proporciona, en funcionamiento normal, una iluminación ornamental neutra que destaca la arquitectura del monumento. También es posible realizar una iluminación decorativa con cambios de color, efectos dinámicos y variedad de programaciones digitales que permitirán dar apoyo a las distintas actividades socio-culturales que se desarrollan en el entorno de la Plaza de la Independencia.
Otras de las ventajas es que reproduce más colores y que los proyectores se pueden regular, encender, apagar o programar a distancia desde un ordenador, de forma individual o conjunta.
Además, la vida útil de las luminarias pasa de 8.000 horas a 50.000, es decir de cuatro a 25 años. El consumo se reduce en 75.000 kilowatios/año, lo que equivale a reducir las emisiones de CO2 en casi 19 toneladas.