Una compañera de trabajo de la mujer asesinada junto a su hija de nueve años, presuntamente a manos de su expareja, en Madrid en 2014, ha explicado que éste la controlaba a través del móvil y el ordenador, donde había instalado un programa espía, y la mentía para pedirle dinero.
Lo ha dicho en una nueva sesión del juicio contra Raúl A., quien ayer confesó haber asesinado a su expareja y a la hija de ésta y luego haberlas arrojado a un pozo en San Vicente de la Cabeza (Zamora), donde fueron encontradas por la Policía cinco meses más tarde.
La Fiscalía pide para Raúl A. una pena de 38 años de prisión, por dos delitos de malos tratos y asesinato, además del pago de una indemnización aún por definir a los familiares de las víctimas. Una de las compañeras de trabajo de Adolfina, víctima y expareja del procesado, ha explicado que nunca le dio detalles de su relación, pero veía como "hablaban siempre por teléfono", a veces hasta las seis de la mañana, y que discutían asiduamente por cuestiones de celos y dinero.
Adolfina y su compañera compartían habitación durante la semana en el local de citas en el que ambas trabajaban, lugar que la víctima abandonaba los fines de semana para trasladarse a un piso en el que convivía con su hija y el acusado, en Vallecas.
Una de las noches que ambas pasaron juntas, ha continuado su compañera de trabajo, Adolfina discutió por teléfono con el acusado por unas sumas de dinero que ella le había entregado con la promesa de que él se encargara de pagar sus cuotas de la Seguridad Social, cosa que nunca realizó.
"Él no contribuía con nada, siempre estaba en la casa que compartían los fines de semana, y le pedía dinero para la Seguridad Social, pero nunca lo pagaba", ha detallado. Fue en ese momento, ha continuado, que decidieron terminar con la relación, ante lo que Adolfina llegó a cambiar de móvil porque Raúl "la seguía llamando".
También dejó de utilizar su ordenador, al darse cuenta de que tenía un programa informático instalado que enviaba copias de todo lo que escribía y hacía a otro dispositivo. "Cuando se separaron me dijo que tenía miedo, que estaba sola y que él se aprovechaba mucho de su situación" ha detallado.
Aún así, ha puntualizado, se sorprendió cuando vio fotografías de Adolfina y Raúl juntos en las redes sociales tiempo después de la ruptura, lo que le hizo sospechar que habían vuelto juntos pero que ella nunca se lo confirmó porque tenía "vergüenza".
Una de las acusaciones particulares personadas en la causa ha preguntado a la testigo por los diarios de Adolfina encontrados en la casa de citas, en los que escribió a Dios "rogándole que alejara al acusado de ella y de su hija, que le sacara de sus vidas porque le tenía miedo por lo mal que las trataba".
La compañera de trabajo de la víctima ha reconocido los diarios, en los que la veía "escribir durante horas tirada en la cama", pero desconocía el contenido de los mismos. También ha declarado Jesús G., amigo de Adolfina, quien ha explicado que tenían una relación de "confianza" y que ella le pedía que la "acompañara y ayudara" con cosas concretas, pero que cuando iban juntos por la calle a veces le pedía que se "fuera" porque llegaban "a donde estaba Raúl".
Asimismo, ha respondido a la representante del Ministerio Fiscal que dos días antes de desaparecer Adolfina, en junio de 2014, le dijo que "se iba con Raúl", después de lo cual no supo nada más de ella.
El juicio continuará mañana con la declaración de más testigos.