Pilar S.P., una de las víctimas de un acusado de liarse a hachazos el 25 de febrero de 2011 en el centro de salud Los Naranjos (Fuenlabrada), ha relatado en el juicio que el agresor se lió a golpes contra su cabeza cuando estaba en el mostrador de atención al público y ha manifestado que se desplomó tras recibir la agresión, siendo ayudada por otra compañera que también resultó gravemente lesionada.
"Sé que me dio dos hachazos en la cabeza y me amputó la mano derecha. Tengo la incapacidad total porque a día de hoy no puedo desempeñar ningún trabajo", ha indicado la víctima a escasos metros de su agresor, pero oculta tras un biombo para evitar la confrontación visual. La sala le ha exhibido en un momento de la declaración el hacha, aún con rastros secos de sangre.
Abderrahman B., de origen magrebí, se sienta desde hoy en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Madrid por tres intentos de homicidio. La Fiscalía de Madrid solicita para el procesado un total de 30 años de prisión.
Mañana continuará la vista oral con la prueba pericial y el juicio quedará visto para sentencia. Tras concluir la sesión de este martes, el procesado ha abandonado la sala bajo los insultos de algunos familiares. "`Qué haya Justicia!", han reclamado en los pasillos.
Las trabajadoras que resultaron gravemente lesionadas han coincidido en manifestar que fue una experiencia traumática que les ha dejado secuelas para el resto de sus vidas. Una de las empleadas que presenció los hechos ha dicho que se encontró con "una escena aterradora" y pensó incluso que se iba a encontrar a sus compañeras descuartizadas, ya que "había sangre por todos lados".
"En tres segundos le vi dar tres o cuatro hachazos. Nos decía: 'os voy a matar hijas de puta'. Iba a por nosotras, no a por los pacientes. Iba a matar", dice una de las empleadas. Según ha contado, en el historial clínico del acusado estaba registrado que en una consulta se fue dando una patada y en otra insultó a un médico suplente. La fiscal sostiene que el hombre sufría un trastorno depresivo en el momento de los hechos, pero cree que no afectó a su capacidad para comprender lo que estaba haciendo.
"NO ME ACUERDO"
En su declaración, el encausado se ha limitado a contestar a todas las preguntas con un "no me acuerdo" o un "no sé". "Olvido las cosas", ha dicho. Tan solo ha manifestado que solía ir a este centro de salud para que le recetaran medicamentos para las rodillas y la espalda. Las preguntas de su abogado han estado encaminadas a demostrar que el hombre padece algún tipo de enfermedad mental, pero éste ha eludido responder a la mayoría de éstas.
En cuanto a los hechos, Pilar S.P. ha contado que las agresiones se produjeron alrededor de las 12.00 horas del 25 de febrero de 2011. Ella se encontraba detrás del mostrador de atención al público, sin prestar caso a la gente que entraba en el ambulatorio.
"No le vi entrar en ningún momento. No había gente. Estaba sentada y de repente sentí un golpe tremendo en la cabeza. Muy fuerte. Los ojos me empezaron hacer unas cosas que no sé describir. Al sentir el golpe, me quedé sin fuerzas. Alguien me levantó y me desplazó a un cuarto. Sentí otro golpe y luego otro más", ha relatado en alusión a los golpes que recibió cuando el acusado entró en un cuartito al que le había llevado una compañera para tratar de huir.
La mujer ha contado que resultó herida de gravedad y a fecha de hoy sufre secuelas importantes, ya que le amputó una mano y le dio hachazos en la cabeza que le han provocado la pérdida de la visión y parte del olfato.
Otra de las víctimas, Pilar G.L., ha narrado que también se encontraba en el mostrador y, al escuchar ruido, se volvió y pudo ver al agresor con el hacha golpeando a su compañera en la cabeza. "Me acerqué. Retiré su silla e intenté llevarla al cuarto para huir. A partir de ahí ya no me acuerdo. Entró y nos agredió", ha señalado y ha especificado que los hachazos le dejaron una cicatriz de 15 centímetros y otra de 8. "Le hubiera dado igual 4 que 40. Hubiera agredido a todos", ha aseverado.
Una de las enfermeras del centro ha relatado que salió del bañó y escuchó gritos dentro de uno de los cuartos. "Abrí la puerta y vi al agresor que estaba golpeando a una compañera. Vi a una persona tendida y otra a la que estaba agrediendo. Al abrir la puerta se volvió y me dio con el hacha en la cabeza. Y perdí el conocimiento", ha dicho.
También ha comparecido un hombre que plantó cara al agresor con una fregona. Raúl ha contado que se encontraba con sus hijos y su mujer esa mañana. "Vi a esta persona dentro del cuartito con una mano cogida y dando hachazos con la otra. Me dirigí a él. Me miró y acto seguido siguió con el hacha", ha manifestado.
Tras ello, cogió el palo de una fregona y se encaró con él. "Salió con el hacha en alto hacia a mi. Di unos pasos hacia mi. Me dijo que se iba a entregar a la Policía. Yo le seguí. No le perdí de vista en ningún momento. Le vi actitud muy fría. Estaba tranquilo". ha apuntado.