No es solo un evento musical. El Mad Cool ha conseguido posicionarse como una especie de oasis 'fashionista' en el que todo, absolutamente todo, está permitido cuando se trata de intentar componer el 'outfit' más original.
El mastodóntico festival es a día de hoy, la meca del postureo español, una lugar de ensueño donde la música es, a veces, lo de menos. Si ya en sus tres anteriores ediciones el festival madrileño había dejado claro que en su territorio la música no era lo único importante, este año la "Welcome Party" con Rosalía a la cabeza ha venido a confirmarlo, porque nadie quería perderse la oportunidad de presumir de haber visto a la cantante, musa a partes iguales de musicólogos y 'fashionistas'.
La televisiva Cristina Pedroche, actores de moda como Alex González, Brays Efe o Vanesa Romero, incluso políticos como Andrea Levy, son solo algunas de las 40.000 personas que llegaron al festival para disfrutar de la catalana y para dejar clara constancia de ello en la avalancha de instantáneas y 'stories' que hicieron brillar con 'highlighter' sus redes sociales.
La noria emblema del Mad Cool se reúnen a la vez decenas de personas que han convertido a la atracción en la más "instagrameada" de la ciudad.
Una feria en la que la vanidad no solo está permitida sino bien vista. Conscientes del tirón, las marcas se colocan en los espacios entre escenario y escenario y se hace imposible pasar de uno a otro sin chocar con un tíovivo del que sales con un maquillaje muy festivalero, un bus rosa que te concede el deseo de lucir las trenzas idóneas o una minidiscoteca tropical en la que posar entre palmeras y flores.
La jornada del cierre de Mad Cool gracias a bombazos como el de Prophets of Rage, antes de que The Cure proporcionara la dosis necesaria de inmortalidad ante el máximo aforo a 50.000 personas.