La familia de Diego, el menor de 11 años que se suicidó el pasado octubre en Leganés por un presunto caso de acoso escolar ocurrido en el centro Nuestra Señora de los Ángeles, en el barrio de Villaverde, ha presentado un escrito ante el juez en el que pide que varios padres de alumnos declaren como testigos.
Fuentes jurídicas han informado de que el escrito fue entregado ayer en el Juzgado de instrucción número 1 de Leganés, que acordó el pasado 29 de enero reabrir esta causa que previamente había archivado. En él, los padres de Diego solicitan al magistrado que cite a varios padres de alumnos del mismo centro en calidad de testigos, y piden también nuevas pruebas periciales.
Precisamente, este miércoles declaró ante el juez la madre de un compañero de colegio de Diego que fue la que empujó al magistrado a reactivar el caso tras conocer la existencia de esta nueva testigo.
Según las fuentes, la mujer ratificó en el juzgado la denuncia que interpuso el pasado 19 de noviembre en la comisaría de Leganés, en la que afirma que "su hijo está sufriendo los mismos hechos por los que Diego terminó suicidándose: acoso escolar, inacción del colegio y abusos sexuales".
Y puso como ejemplo, siempre de acuerdo a las mismas fuentes, que su hijo no quiere entrar en los baños del colegio porque los chicos mayores le obligaban a desnudarse. Diego G. se suicidó en octubre de 2015 y después el juez archivó la causa al considerar que no existían indicios suficientes de que se hubiera cometido un delito.
Pero los padres del chico solicitaron la reapertura de la causa y la investigación no solo de un posible acoso escolar en el colegio Nuestra Señora de los Ángeles de Madrid, sino también de una posible agresión sexual.
Al existir un nuevo testigo, el juzgado estimó entonces parcialmente el recurso presentado por los padres del escolar fallecido y reabrió la investigación para practicar las diligencias solicitadas por el fiscal, que apoyó la reapertura del caso.
En su nuevo auto, el juez insistió en que no había indicios suficientes para citar a los profesores de Diego como investigados, pero reconoció que, al haber aparecido un testigo que consideró necesario continuar la instrucción de la causa, al aparecer una persona que manifestaba ser conocedor de nuevos hechos que pudieran ayudar a esclarecer la investigación, para comprobar si esas afirmaciones son veraces.
En las semanas previas a la reapertura, la familia del niño se reunió con la presidenta de la Comunidad de Madrid y con la defensora del Pueblo para recabar su apoyo y pedir la reapertura de la investigación. Lo hicieron tras la publicación de una carta que dejó el menor en la que este aseguraba que no quería ir al colegio y que el suicidio era la única solución para dejar de acudir.
Además del proceso judicial, un inspector de Educación inició un nuevo expediente administrativo para averiguar lo sucedido en el colegio, que sucede a su vez a otro previo que concluyó que no había existido acoso escolar en el centro.