La Policía Nacional ha desarticulado en Madrid una banda de aluniceros especializada en sustraer máquinas expendedoras de tabaco, en una operación en la que ha detenido a diez personas a las que se les atribuyen sesenta y seis hechos delictivos cometidos desde el pasado mes de julio.
Las investigaciones sobre este grupo, dedicado al robo con fuerza de locales comerciales, condujeron a los agentes hasta otros jóvenes que sustraían camiones y remolques con sus cargas completas.
Ambos grupos eran liderados por uno de los detenidos que siempre recibía una parte del botín aunque no participara en el robo y que gestionaba la cesión de los vehículos entre las dos organizaciones delictivas, informa la Dirección General de la Policía. Los arrestados sustraían vehículos de alta gama y gran potencia para cometer los alunizajes y trasladar las máquinas de tabaco que cargaban enteras en su interior.
En una misma madrugada llegaron a realizar hasta cuatro hechos delictivos y con uno de los coches recorrieron dos mil kilómetros y cometieron trece robos en apenas una semana.Los agentes han recuperado dieciséis vehículos de gran cilindrada, con daños y golpes en la carrocería producidos por alunizajes y colisiones por conducción violenta.
Los detenidos alardeaban de sus acciones y se fotografiaban conduciendo a más de 240 kilómetros por hora. La investigación comenzó a mediados del pasado mes de julio cuando los agentes constataron la existencia de un grupo que repetía siempre la misma forma de actuar en todos sus robos.
Tras fracturar los ventanales de los locales con grandes mazas o con alunizajes con coches, sustraían las máquinas de tabaco de los establecimientos utilizado vehículos de gran cilindrada para cargarlas y huir rápidamente.
Algunos de los arrestados tenían una actividad delictiva paralela de sustracción de camiones y remolques que contenían valiosas cargas y que actuaban incluso fuera de Madrid, en concreto en Albacete y en Alicante. Utilizaban los mismos vehículos sustraídos para "escoltar" a los camiones robados y así garantizar la huida en el caso de ser sorprendidos o para emplearlos de lanzadera para avisar de posibles controles policiales.
Una vez en Madrid escondían la mercancía en naves y locales para, posteriormente, distribuirla entre sus receptadores. El grupo tenía una amplia red de colaboradores y un claro reparto de funciones entre sus integrantes.
Una vez identificados y localizados los implicados, la Policía llevó a cabo siete registros simultáneos en los domicilios que frecuentaban en los que hallaron multitud de pruebas de su actividad delictiva y efectos procedentes de robos como 2.125 euros en monedas, así como ropa y herramientas que usaron en los robos.
Aunque existía un reparto de beneficios contaban con una caja común para la compra de herramientas y para contratar abogados. A pesar de que utilizaban documentación falsa para dificultar su identificación la Policía ha procedido a la detención de diez implicados a los que les atribuye sesenta y seis hechos delictivos, cuatro de los cuales han ingresado en prisión provisional, si bien la investigación sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones.
La operación ha sido llevada a cabo por agentes de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Madrid con la colaboración de la Comisaría General y de la del distrito madrileño de San Blas.