Agentes de la Guardia Civil, destacados en el Aeropuerto de Madrid-Barajas, detuvieron el pasado lunes a tres personas que intentaban introducir en el país un total de 10,5 kilos de cocaína, ocultándola en sus equipajes, ha informado este miércoles en un comunicado la Benemérita.
La última intervención era realizada por los agentes destacados en la Compañía de Seguridad del Aeropuerto madrileño y se producía cuando se detectaba una maleta que había sido rechazada. En un primer momento y tras pasar las medidas de seguridad correspondientes, los agentes solicitaban la presencia de Jimy, un perro especializado en la detección de sustancias estupefacientes, que marcó la maleta como contenedora de algún tipo de droga.
Con los datos que figuraban en la maleta, se ponía en marcha el correspondiente dispositivo de búsqueda y localización del propietario de la misma, que se encontraba en la puerta de embarque dispuesto a coger un vuelo con destino a Barcelona.
Cuando se realizó la apertura de la maleta, eran localizados tres paquetes, que contenían dulces típicos de Sudamérica, entre los que se localizaron 24 alfajores por caja y que arrojaron un peso de 6,1 kilos de una sustancia que al ser sometida al reactivo oportuno, resultó ser cocaína.
Parecían unos inocentes dulces, los tradicionales alfajores sudamericanos, pero escondían en su interior cocaína. El fino olfato de un perro de la Guardia Civil permitió detectar el cargamento ilegal y detener al correo, un joven boliviano de 22 años. En total, más de seis kilos de droga muy escondida pero que no pasó el filtro de la Guardia Civil en Barajas. El escaner automático desechó la maleta y un perro especializado confirmó las sospechas.
Un producto muy bien hecho, no era como en otras ocasiones en la que la cocaína se cubre con chocolate de un modo poco cuidadoso. Los agentes creen que, en esta ocasión, el producto entero se cocino incluyendo dentro la lámina de droga de que estamos viendo.
La Guardia Civil ha detenido a un joven boliviano de 22 años. Viajaba desde su país, hacía escala en Madrid, destino Barcelona. Según el mismo declaró había recibido 1.000 euros por hacer de correo.