La lámpara del templo de Jerusalén, con sus nueve brazos, sólo tenía aceite para iluminar durante un día, pero milagrosamente permaneció encendida durante ocho días completos.
Este milagro es el origen de la fiesta de las luces, o Janucá, que hoy concluye con una fiesta en la plaza de la Villa, con el encendido de las velas y a la que ha acudido la alcaldesa de la capital, Ana Botella.
La fiesta de "luz y alegría" que dura una semana nos recuerda el carácter integrador de tradiciones como esta que sirven para unir las distintas culturas.