Las carreteras de Madrid, el mayor enemigo de la expansión del lobo ibérico
EFE
El lobo ibérico en su expansión al sur de le Península se ha topado con una barrera casi imposible de sortear y es la amplia red de carreteras de Madrid, donde han muerto atropellados diez lobos desde 2015, cinco de ellos en los últimos trece meses.
Esta especie, protegida al sur del río Duero por la directiva europea Hábitats, desapareció de la provincia a mediados del siglo XX, pero en los últimos años ha recuperado territorio y, tras un tiempo entrando y saliendo en la región desde Castilla y León, volvió a asentarse en Madrid hace diez años.
La situación del estado de conservación del lobo en la Comunidad es "grave y nada favorable", según relata Fernando Palacios, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales, que cree que “la Comunidad no está tomando ninguna medida para protegerlo”.
Partidos políticos como Podemos y Equo, además de sindicatos forestales y expertos en la materia ven necesaria la creación de pasos de fauna en los ‘puntos negros’ de las carretera, y hay que “establecer un plan para protegerlos”.
Palacios afirma que hay dos manadas en la región, con cuatro o cinco ejemplares cada una, pero ninguna de ellas tuvo reproducción en 2018, por lo que “la situación es grave”.
En su opinión existen tres variables que están fallando y que impiden la viabilidad de la especia a largo plazo en este hábitat, y son la dinámica de la población (no hay reproducción), la reducción de su distribución geográfica, y que en los dos grupos que quedan se están produciendo “bajas constantemente”.
A diferencia de Palacios, Luis del Olmo, director general de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Comunidad de Madrid, piensa que la población del lobo en la región está "bien asentada", y argumenta que existen cinco manadas que suman unos 40 ejemplares, que este año ha habido reproducción y que las cifras de atropello están "dentro de lo normal".