Los precandidatos a las primarias socialistas del 3 de octubre, Trinidad Jiménez y Tomás Gómez, han apretado esta semana el acelerador para situarse en mejor posición respecto a su contrario, bajo dos formas muy diferentes de acercarse a los más de 17.000 militantes que se citarán en las urnas para decidir al cabeza de lista del PSOE a la Comunidad de Madrid.
Aunque la campaña no arrancará oficialmente hasta el 25 de septiembre, ambos aspirantes llevan una agenda desenfrenada y extenuante de tres, cuatro e incluso cinco actos públicos al día, a los que se suman entrevistas y citas en platós de televisión, radios y medios digitales y escritos.
Así, Gómez será visto el sábado en Collado Mediano, Los Molinos, Guadalix de la Sierra, Fuenlabrada y Rivas-Vaciamadrid, mientras que la ministra se dejará caer en Lavapiés, Puente de Vallecas o Arganda del Rey.
Sin embargo, cada uno maneja su carrera de forma distinta. Jiménez cuenta con una 'guardia del corp' de una veintena de incondicionales que la acompañan en cada acto, donde su equipo reparte los ya famosos carteles cuadrados de color rojo con su lema: "Trini puede", así como pegatinas con el mismo logo. Su entrada en las agrupaciones suele ir acompañada de aplausos y gritos de "presidenta, presidenta", al tiempo que sus seguidores esgrimen los llamativos carteles estratégicamente situados detrás de Jiménez a cada disparo de flash o zoom de cámara de televisión.
Previamente, el local ha sido cuidadosamente 'tuneado' con decenas de posters rojos con su nombre y eliminado todo resto de imagen o referencia al secretario general del PSM, algo que algunos afiliados más cercanos a Gómez ven con malos ojos.
Tras esta cuidada puesta en escena, la precandidata derrocha simpatía, sonrisas y besos entre los asistentes hasta que, una vez sentado el aforo, inicia su discurso micrófono inalámbrico en mano. Lealtad y responsabilidad, son su eje básico, que se centra en su explicación sobre las razones que la han llevado a dar el paso de enfrentarse con Gómez. Entre el público, fieles enfervorecidos, que no dudan en romper en sonoros aplausos a cada énfasis en las palabras de su candidata.
Radicalmente diferente es el sistema de Tomás Gómez, quien se presenta en cada agrupación arropado por un escueto equipo de fieles que se turna en cada cita, iniciada siempre con aplausos a su entrada, pero buscando la sobriedad. Tras el discurso, el ex alcalde de Parla usa sus mejores artes de seducción popular labradas en su experiencia del 'cuerpo a cuerpo' municipal.
Con las mismas pautas que usara cientos de veces en las asambleas vecinales, primero en Parla y después en sus tres años de secretario general, Gómez enarbola la bandera del trabajo y el cumplimiento de la palabra dada. Si hay estrado, se baja de él, si hay atril, lo retira y, una a una, anota en un cuaderno de espiral las preguntas de cada uno de los militantes, a los que contesta después prolija y individualmente citándoles por su nombre.
En cuanto a las iniciativas más curiosas que se han visto en la
última semana, tales como las camisetas con la caricatura de Gómez montado en su Vespa y el cartel 'a lo Obama', el grupo de jóvenes que promueve al ex alcalde de Parla se muestra molesto por que se haya dicho que son iniciativas organizadas desde la Plataforma del candidato.
"El cartel de Obama en realidad son sólo tres pósters, que han costado 10 euros cada uno porque son plastificados, y los vamos despegando y poniendo de nuevo en cada agrupación", señala Marta, una de las fieles de Gómez, que dice, sin embargo, que el éxito de la iniciativa en forma de camiseta les permitirá hacer más ejemplares.
Por su parte, los seguidores de Jiménez también se han hecho con su propio merchandising. Abrió la veda el 'trinidelantal', un mandil con el logotipo de una famosa marca de refrescos customizado para la ocasión con el nombre de la ministra. La última incorporación ha sido un pin, que llevan en la solapa sus simpatizantes.